Alrededor del 91% de los encuestados en el último sondeo de la NABE, publicado el lunes, asignaron una probabilidad del 50% o menos a que EE.UU. entre en recesión en los próximos 12 meses.

Esta cifra es superior al 79% de la encuesta de octubre, y dista mucho de la opinión de hace un año, cuando la mayoría de los economistas preveían una recesión a medida que la Reserva Federal subía los tipos de interés para luchar contra la elevada inflación.

El creciente optimismo que se desprende de la encuesta está en consonancia con gran parte de los últimos datos económicos, incluida una medida de la confianza de los consumidores que la semana pasada subió a un máximo de 2 años y medio. Además, la inflación ha estado cayendo más rápido de lo esperado, y el mercado laboral se está enfriando pero no colapsando.

Los responsables políticos de la Reserva Federal, que han mantenido el tipo de interés oficial en su rango actual del 5,25%-5,5% desde julio, han señalado que es probable que recorten los tipos este año mientras la inflación siga cayendo.

Los economistas encuestados por la NABE esperan que las ventas de las empresas y los márgenes de beneficio aumenten este año, y afirman que los problemas de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra están remitiendo, una noticia potencialmente positiva para las perspectivas de inflación.

Alrededor del 63% de los encuestados en la última encuesta informaron de que no había escasez de materias primas, frente al 46% de hace tres meses; y algo más de la mitad de los encuestados informaron de que no había escasez de mano de obra, frente al 38% del informe anterior. Ambas están entre las mejores lecturas desde que comenzó la pandemia, dijo NABE.

Unos tipos de interés más altos, una mayor inestabilidad geopolítica y unos costes más elevados suponen los mayores riesgos para ese panorama de condiciones empresariales ampliamente saludables en el nuevo año, según la encuesta a 57 miembros de la NABE, realizada entre el 28 de diciembre y el 9 de enero.

Al mismo tiempo, los economistas citaron unos tipos de interés más bajos, junto con unos costes más bajos y una mejor disponibilidad de mano de obra, como los mayores riesgos al alza para las perspectivas.