El Congreso aprobó el año pasado, con el apoyo del gobierno del entonces presidente Jair Bolsonaro, un techo a las alícuotas del ICMS para los combustibles, la electricidad, las telecomunicaciones y los servicios de transporte público, como parte de los esfuerzos para reducir la inflación.

La ley ya preveía una compensación del gobierno federal, pero no hubo consenso sobre el monto a transferir.

Según Haddad, las cifras presentadas para la compensación, que el Supremo Tribunal Federal trató de mediar, oscilaban entre 18.000 millones de reales y 45.000 millones de reales brasileños.

En una conferencia de prensa, el ministro subrayó que parte de la cantidad acordada ya había sido compensada mediante la reducción de la deuda de los estados con el gobierno federal.

El secretario del Tesoro, Rogerio Ceron, que también asistió a la rueda de prensa, dijo que el impacto de la medida en las cuentas federales de este año se estima en unos 4.000 millones de reales.

En cuanto al nuevo marco fiscal de Brasil, Haddad dijo que sólo se detallará después de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dé su última palabra sobre el proyecto.

El ministro dijo que será presentado al presidente en cuanto abra su agenda para esta próxima semana.

El mercado espera el nuevo marco después de que Lula consiguiera la aprobación del Congreso para un paquete de gastos de miles de millones de reales que elude el tope constitucional de gastos para cumplir las promesas de campaña.

(1$ = 5,1924 reales)