El Consejo Monetario Nacional (CMN) de Brasil, máximo órgano de política económica del país, decidió el jueves fijar su objetivo de inflación para 2026 en el 3% y retocar el plazo para evaluar el cumplimiento de la meta de inflación.

Actualmente, el CMN fija objetivos anuales de inflación que deben cumplirse cada año natural.

En rueda de prensa, el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, señaló que a partir de 2025 este modelo pasará a un horizonte continuo, lo que en la práctica implicará un periodo de 24 meses para evaluar el cumplimiento del objetivo.

Para que esta medida entre en vigor, el presidente firmará un decreto al respecto, dijo el ministro.

Haddad se había mostrado anteriormente partidario de perseguir los objetivos de inflación en un horizonte temporal "continuo", argumentando que un enfoque a más largo plazo proporciona más margen para acomodar las perturbaciones de los precios sin necesidad de un endurecimiento monetario.

Actualmente, el banco central tiene como objetivo una inflación del 3,25% en 2023 y del 3% en 2024 y 2025, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales al alza o a la baja, que se mantuvo para 2026.

Anteriormente, el jueves, el gobernador del banco central, Roberto Campos Neto, también se mostró partidario del cambio de calendario, calificándolo de "mejora interesante".

Campos Neto argumentó que en el pasado el gobierno había tomado medidas específicamente dirigidas a alinear el índice oficial de inflación con los objetivos en un año natural determinado, lo que era "malo" e implicaba ciclos monetarios menos suaves.

El CMN está formado por el ministro de Finanzas, el ministro de Planificación y el gobernador del Banco Central.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha criticado a menudo al banco central independiente por mantener los tipos de interés en el 13,75% a pesar del fuerte descenso de la inflación. También ha pedido objetivos de inflación más altos para permitir la relajación de la política monetaria. Esos llamamientos, que no ha hecho desde hace unos meses, habían servido para empeorar las expectativas de inflación.

Actualmente, el banco central tiene como objetivo una inflación del 3,25% en 2023 y del 3% en 2024 y 2025, con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales al alza o a la baja.

Esto contrasta con una inflación del 3,4% en los 12 meses transcurridos hasta mediados de junio y con las expectativas de los economistas privados de que la inflación alcance el 5,06% este año, el 3,98% en 2024, el 3,80% en 2025 y el 3,72% en 2026.

En las actas de su última decisión política, el banco central afirmó que la mayoría de los responsables políticos ven margen para una relajación monetaria prudente en agosto si se materializa un escenario mejorado para la inflación, señalando que para ello sería importante mantener el objetivo de inflación en el 3% para los próximos años. (Reportaje de Marcela Ayres en Brasilia Edición de Matthew Lewis y Diane Craft)