La inflación anual de Brasil siguió tendiendo a la baja pero ligeramente por debajo de las previsiones en abril, según mostraron el viernes datos oficiales, en las primeras lecturas de los precios al consumo después de que el banco central de la nación votara a favor de reducir el ritmo de sus recortes de los tipos de interés.

La inflación en la mayor economía de América Latina alcanzó el 3,69% en los 12 meses hasta abril, dijo la agencia de estadísticas IBGE, desacelerándose desde el 3,93% del mes anterior, pero un poco por encima del 3,66% esperado por los economistas encuestados por Reuters.

A principios de esta semana, el banco central de Brasil recortó los tipos en 25 puntos básicos hasta el 10,5%, ralentizando su ciclo de flexibilización en curso tras seis recortes consecutivos de 50 puntos básicos. La decisión dividida hizo caer las acciones y la moneda real después de que los votos minoritarios a favor de un recorte mayor suscitaran preocupaciones de que la política monetaria pudiera dar un giro dovish bajo la presión de los políticos.

La inflación anual se mantiene dentro del rango objetivo del banco del 3% más o menos 1,5 puntos porcentuales, pero las recientes incertidumbres mundiales que han impulsado los futuros de los tipos de interés y el dólar estadounidense se han citado como razones de la mayor cautela del banco central.

"La inflación general sigue bajando y las perspectivas a corto plazo son benignas, pero el repunte del dólar desde febrero empezará a avivar las presiones inflacionistas en los próximos meses", declaró Andrés Abadía, economista de Pantheon Macroeconomics.

"Por ello, seguimos esperando que la tasa general termine el año en torno al 3,5%".

Los precios al consumo subieron en abril un 0,38% respecto a marzo, según el IBGE, acelerándose desde el 0,16% del mes anterior y superando también ligeramente la previsión del 0,35% de los economistas en un sondeo de Reuters.

Siete de los nueve grupos encuestados por el organismo estadístico registraron subidas de precios en abril. Destacaron los aumentos de los costes de la sanidad, la alimentación y las bebidas, mientras que los economistas destacaron como positiva la caída de la inflación de los servicios, muy vigilada.

"A pesar de la lectura superior a la prevista, seguimos viendo un proceso benigno y sin signos evidentes de que la inflación vuelva a acelerarse", declaró la economista jefe de Inter, Rafaela Vitoria.

"Creemos que el ciclo de relajación monetaria continuará con recortes adicionales de 25 puntos básicos, situando el tipo de referencia en el 9,25% a finales de 2024".