La inflación anual de Brasil se aceleró a mediados de septiembre hasta el 5,00%, según mostraron el martes los datos del instituto de estadística IBGE, en línea con las expectativas del mercado, mientras el banco central señala que mantendrá su actual ritmo de relajación monetaria.

Los analistas creen que la inflación de la mayor economía de América Latina ya ha alcanzado su nivel más bajo del año, al tiempo que se mantiene relativamente bajo control, lo que permite a la autoridad monetaria seguir reduciendo los costes de los préstamos.

El índice de precios al consumo IPCA-15 ganó fuerza a mediados de septiembre en comparación con la lectura del 4,61% observada a finales del mes anterior, pero igualó aproximadamente el 5,01% previsto por los economistas encuestados por Reuters.

"El panorama de la inflación parece benigno a pesar de los repuntes interanuales de los últimos meses, que se han debido a efectos de base desfavorables", dijo Andrés Abadía, economista jefe para América Latina de Pantheon Macroeconomics. "Los indicadores adelantados sugieren que la desinflación se reanudará el próximo mes".

Es probable que las últimas cifras respalden la postura del banco central de recortar su tasa de interés de referencia a un ritmo de 50 puntos básicos por reunión, a pesar de que funcionarios del gobierno sugieren que podría acelerar el ritmo este año.

El banco central efectuó su segundo recorte consecutivo de 50 puntos básicos, hasta el 12,75%, a principios de este mes, y señaló que se avecinan nuevos recortes de la misma magnitud, ya que algunos de los miembros de su consejo se mantienen cautos dada la actividad económica y la resistencia del mercado laboral.

Un recorte mayor de los tipos exigiría sorpresas positivas sustanciales en la inflación, según el banco central, y eso no es lo que mostraron las cifras de mediados de septiembre.

"Aunque la cifra principal sorprendió a la baja, la aceleración de algunas partidas importantes de la inflación de los servicios llamó la atención", dijo Andrea Angelo, estratega de inflación de la correduría Warren Rena.

"No mostró una inflexión en la desinflación de los servicios, por lo que se mantiene en un buen nivel, pero tampoco aportó la mejora adicional que se esperaba en el segundo semestre", añadió Angelo.

El banco central, que en agosto redujo los tipos por primera vez en tres años tras un mantenimiento de casi un año después de 1.175 puntos básicos de subidas para luchar contra la inflación, ha prometido actuar con "firmeza" para que la inflación vuelva a su objetivo.

Su objetivo para 2023 es del 3,25% más o menos 1,5 puntos porcentuales, pero la meta se reducirá al 3% el año que viene.

En el mes hasta mediados de septiembre, según el IBGE, los precios al consumo subieron un 0,35%, por encima del 0,28% del mes anterior y ligeramente por debajo del aumento del 0,38% previsto en un sondeo de Reuters.

Esto se debió principalmente al aumento de los costes del transporte, ya que subieron los precios de la gasolina, según el organismo de estadística, mientras que los costes de la vivienda y los gastos personales también subieron. La bajada de los precios de los alimentos y las bebidas compensó parcialmente esos aumentos. (Reportaje de Gabriel Araujo; Edición de Steven Grattan y Rami Ayyub)