Lula calificó las sanciones estadounidenses de "extremadamente exageradas" y criticó a Estados Unidos por negar la legitimidad del también izquierdista Maduro, considerado por Washington un líder autoritario que no ha permitido elecciones libres.

Maduro se encontraba en su primera visita a Brasil desde 2015 aprovechando unas relaciones más cálidas antes de que 11 presidentes sudamericanos se reúnan en Brasilia el martes.

El presidente venezolano también dijo que su país quiere formar parte del grupo BRICS de naciones emergentes líderes, que Lula dijo que favorecería personalmente.

El ex presidente de derecha dura de Brasil, Jair Bolsonaro, había prohibido la entrada de Maduro a Brasil cuando asumió el cargo en 2019, una medida que Lula levantó cuando regresó al poder este año.

"Estamos viviendo un momento histórico (...) es difícil creer que pasaron tantos años sin diálogo con un vecino con el que compartimos la región amazónica", dijo Lula en una conferencia de prensa conjunta.

Entre los temas de su agenda figuraba una cuantiosa deuda que Venezuela mantiene con el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, dijeron funcionarios brasileños. El ministro brasileño de Finanzas, Fernando Haddad, debía reunirse con Maduro y Lula, añadieron, así como el presidente de la petrolera estatal Petrobras, Jean Paul Prates.

Lula dijo que discutió con Estados Unidos y sus compañeros socialdemócratas sobre la legitimidad de Maduro y las "900 sanciones" que enfrenta Venezuela. "Me parece realmente absurdo que nieguen que Maduro es presidente de Venezuela", dijo.

Los presidentes sudamericanos, todos menos Perú, discutirán la puesta en marcha de un bloque de cooperación en sustitución de la extinta UNASUR, que fue creada en 2008 durante la anterior presidencia de Lula con los líderes izquierdistas de entonces de Venezuela y Argentina, Hugo Chávez y Cristina Kirchner, respectivamente.

La organización se tambaleó cuando varios países sudamericanos eligieron gobiernos de derechas, creando fisuras diplomáticas en el continente.