La flexibilización de las normas para impulsar la competitividad global del sector financiero británico tras el Brexit sólo puede hacerse manteniendo un sistema financiero resistente, afirmó el martes el subgobernador del Banco de Inglaterra, Sam Woods.

El Banco de Inglaterra recibió en agosto un nuevo objetivo secundario para facilitar la competitividad y el crecimiento internacional a medio y largo plazo, sujeto a la alineación con las normas reguladoras mundiales.

Dado que Gran Bretaña ya no está obligada a aplicar las normas financieras de la Unión Europea, el sector bancario espera que el nuevo objetivo, otorgado también a la Autoridad de Conducta Financiera, presione a los reguladores para que reduzcan la "burocracia" y se lo piensen dos veces antes de emitir nuevas normas.

Sin embargo, al sector bancario le preocupa que los reguladores encuentren la forma de ofuscar el cumplimiento del nuevo objetivo, ya que Woods trata de gestionar las expectativas.

"La base del crecimiento y la competitividad es contar con un sistema financiero estable y resistente", declaró Woods a la cadena de televisión CNBC.

"Hemos pasado la última década construyendo eso aquí en el Reino Unido. Hemos triplicado la cantidad de capital en el sistema bancario", dijo Woods.

"Sólo si se mantienen esos cimientos se puede pasar a las otras cosas como la eficiencia, la eliminación de la burocracia y estar a favor de la innovación", dijo Woods, citando los planes para recortar en un tercio los requisitos de información para las aseguradoras.

Los reguladores advierten de que muchos factores que afectan a la competitividad global de la City, como la fiscalidad y la capacidad de importar talento, escapan a su control.

El Banco de Inglaterra debe informar en el plazo de un año sobre cómo cree que está cumpliendo el nuevo objetivo, que está subordinado a su tarea principal de mantener la seguridad y la solidez de los bancos y las aseguradoras.

El BoE celebró el martes una conferencia para debatir sus ideas sobre la aplicación del nuevo objetivo antes de una consulta pública en otoño.

La directora ejecutiva de política prudencial del BdE, Victoria Saporta, dijo en la conferencia que no se entiende muy bien la relación entre las medidas concebibles de competitividad de un centro financiero mundial y las normas de capital para los bancos.

"Dicho de otro modo, no existe un consenso predefinido sobre cómo un regulador prudencial puede llevar a cabo este nuevo objetivo, y mucho menos rendir cuentas por ello", dijo Saporta.