Países de todo el mundo se han apresurado a extraer a diplomáticos y ciudadanos extranjeros de Sudán después de que un conflicto entre el ejército sudanés y un grupo paramilitar llamado Fuerzas de Apoyo Rápido (FPR) matara a cientos de personas, dejara fuera de combate hospitales y convirtiera zonas residenciales en zonas de guerra. El lunes se acordó un alto el fuego de 72 horas.

Los evacuados canadienses pertenecían a un grupo de 550 personas que solicitaron ayuda, declaró Joly a la prensa en Ottawa, y añadió que los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí también colaboraron en las evacuaciones. Hay un total de 1.700 canadienses en Sudán, según registró el ministerio de Asuntos Exteriores.

"También organizaremos nuestra propia evacuación de civiles y queremos aprovechar la oportunidad de este alto el fuego para hacerlo, por lo que estamos trabajando con las Fuerzas Armadas canadienses en esa cuestión específica", dijo Joly.

"También estoy participando en conversaciones diplomáticas para garantizar que podamos encontrar una solución permanente a este conflicto", añadió.

Anteriormente, el martes, el primer ministro Justin Trudeau dijo que se trataba de una "situación extremadamente difícil" en Sudán y que su gobierno estaba coordinando con otros países el uso de lugares limitados para el transporte aéreo de civiles.

Canadá suspendió el domingo sus operaciones en Sudán y dijo que sus diplomáticos trabajarán temporalmente desde un lugar seguro fuera del país. Ottawa también ha anunciado medidas de inmigración para apoyar a los sudaneses residentes temporales actualmente en Canadá que no puedan regresar a su país debido al rápido deterioro de la situación en Sudán.