DOHA, 18 sep (Reuters) -Un avión con destino a Estados Unidos que transportaba a cinco estadounidenses liberados por Irán partió el lunes de Doha, en un canje de prisioneros por cinco iraníes retenidos en el país norteamericano y tras la transferencia de 6.000 millones de dólares en fondos a Teherán, lo que supone un raro acuerdo entre los dos países.

"Hoy, cinco estadounidenses inocentes que fueron encarcelados en Irán vuelven por fin a casa", dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado emitido poco antes de que los detenidos estadounidenses descendieran la escalera de un avión qatarí en Doha para ser abrazados por diplomáticos estadounidenses.

La Casa Blanca confirmó que un avión en el que viajaban los cinco cautivos, junto con dos familiares estadounidenses que habían salido antes de Teherán con ellos, se dirigía a Estados Unidos, donde el ejército les iba a ofrecer tratamiento médico mientras se adaptaban a la libertad.

La cadena iraní Press TV dijo que los cinco iraníes detenidos por Estados Unidos y acusados de cometer delitos habían sido liberados, en aparente alusión a que se les había concedido clemencia, y que dos de ellos habían aterrizado en Teherán e indicaron que tres de los que iban a ser liberados por Estados Unidos no regresarían a Irán.

"Ha sido una acción puramente humanitaria", dijo el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, a su llegada a Nueva York para asistir a la Asamblea General anual de la ONU. "Sin duda puede ser un paso sobre el que en el futuro se puedan emprender otras acciones humanitarias".

No estaba claro si el intercambio supondría un avance en las numerosas cuestiones que dividen a ambas naciones, como el programa nuclear iraní, su apoyo a las milicias chiíes de la región, la presencia de tropas estadounidenses en el Golfo y las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán.

Las relaciones entre Estados Unidos e Irán, adversarios desde hace más de 40 años, son particularmente agrias desde que el expresidente estadounidense Donald Trump incumpliera en 2018 un acuerdo para frenar el programa nuclear iraní y volviera a imponer sanciones estadounidenses.

Washington teme que el programa tenga como objetivo desarrollar armas nucleares -una ambición que Teherán niega- que podrían amenazar a Israel o a los aliados de Estados Unidos en el Golfo Pérsico.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dejó la puerta abierta a la diplomacia sobre el expediente nuclear, que describió como "quizá el principal tema de preocupación", pero sugirió que nada era inminente.

"En este momento, no estamos involucrados en eso, pero veremos en el futuro si hay oportunidades", dijo a los periodistas en Nueva York.

NUEVAS SANCIONES

En una muestra de que Biden, un demócrata, desea parecer duro con Irán y quizá mitigar las críticas republicanas, anunció nuevas sanciones de Estados Unidos al expresidente iraní Mahmud Ahmadinejad y a su ministerio de Inteligencia por "su implicación en detenciones ilegales".

"Seguiremos imponiendo costos a Irán por sus acciones provocadoras en la región", dijo en el comunicado, en el que agradeció a los gobiernos de Qatar, Omán, Suiza y Corea del Sur su ayuda para lograr las liberaciones.

Un avión qatarí despegó de Teherán transportando a los cinco con dos de sus familiares, poco después de que Estados Unidos e Irán recibieran confirmación de que los fondos habían sido transferidos a cuentas en Doha, dijo a Reuters una fuente conocedora del asunto.

Colaboradores de Biden argumentan que el dinero pertenece a Irán y se ha transferido de cuentas restringidas surcoreanas a cuentas restringidas qataríes, donde sólo puede gastarse en alimentos, medicinas y otros artículos humanitarios con la supervisión de Estados Unidos.

(Reporte de Andrew Mills en Doha, Elwely Elwelly en Dubái y Hyonshee Shin en Seúl; escrito por Edmund Blair; Información adicional de Humeyra Pamuk, Parisa Hafezi; editado en español por José Muñoz, Carlos Serrano, Sofía Díaz Pineda)