3 ene (Reuters) - El jefe del poderoso grupo armado libanés Hezbolá dijo el miércoles que no se quedará en silencio tras la muerte en Beirut de uno de los líderes de Hamás, un grupo palestino aliado, lo que consideró "un crimen grave y peligroso ante el que no podemos permanecer callados".

En un discurso televisado, Sayyed Hassan Nasrallah ofreció sus condolencias a Hamás por lo que calificó de "flagrante agresión israelí" la noche del martes en la que murió Saleh al-Arouri.

El ataque alcanzó el suburbio de Dahiyeh, en el sur de Beirut, en lo que, según analistas, podría ser también un mensaje de Israel a Hezbolá de que incluso su principal bastión allí puede ser alcanzado.

Fue el primer ataque contra Beirut tras casi tres meses de fuego casi diario entre el Ejército israelí y Hezbolá, que se ha limitado a la región fronteriza.

Hezbolá lanzó cohetes a través de la frontera el 8 de octubre en apoyo de Hamás, que el día anterior había llevado a cabo un ataque mortal contra el sur de Israel que provocó una feroz campaña de bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza.

Hezbolá, fundada por la Guardia Revolucionaria iraní en 1982, es la punta de lanza de una alianza respaldada por Teherán y hostil a Israel y Estados Unidos. En 2006 libró una guerra de un mes contra el Estado judío.

Nasralá afirmó que la "rápida" acción de Hezbolá el 8 de octubre y los bombardeos transfronterizos desde entonces habían impedido una campaña de bombardeos más amplia de Israel sobre Líbano.

Prometió que no habría "ningún límite" ni "ninguna regla" para los combates de su grupo si Israel decidía lanzar una guerra contra Líbano.

"Quien piense en una guerra contra nosotros se arrepentirá", dijo Nasralá.

(Reporte de Maya Gebeily. Editado en español por Javier López de Lérida)