JERUSALÉN/GAZA, 10 oct (Reuters) - Israel dijo el martes que había restablecido el control sobre la frontera de Gaza y estaba instalando minas en los lugares donde militantes de Hamás habían derribado la barrera durante su sangriento asalto del fin de semana, tras otra noche de incesantes ataques aéreos israelíes sobre el enclave.

La última ronda de ataques aéreos israelíes se produjo después de que Hamás amenazara con ejecutar a un cautivo israelí cada vez que Israel bombardeara una vivienda palestina sin previo aviso.

El ejército israelí también llamó a filas a un número sin precedentes de 300.000 reservistas e impuso un bloqueo a la Franja de Gaza, haciendo temer que planease un asalto terrestre en respuesta al ataque más audaz y mortífero de Hamás en décadas.

La violencia, que se ha cobrado más de 1.500 vidas, provocó declaraciones internacionales de apoyo a Israel, protestas en las calles en apoyo de los palestinos y llamamientos a poner fin a los combates y proteger a los civiles.

Las cadenas de televisión israelíes informaron de que el número de muertos por el ataque de Hamás había ascendido a 900 israelíes, con al menos 2.600 heridos y decenas de cautivos. Entre los muertos israelíes había 260, en su mayoría jóvenes, abatidos a tiros en un festival de música en el desierto, donde fueron secuestrados algunos de los rehenes.

En declaraciones emitidas por la Radio del Ejército israelí, el portavoz militar jefe, contralmirante Daniel Hagari, afirmó que no se habían producido nuevas infiltraciones desde Gaza desde el lunes. En una aparente respuesta a los rumores de que los hombres armados utilizaban túneles transfronterizos, dijo que el ejército no tenía constancia de ello.

El Ministerio de Sanidad de Gaza informó el lunes de que al menos 687 palestinos habían muerto y 3.726 habían resultado heridos en ataques aéreos israelíes sobre el enclave bloqueado desde los ataques del sábado de Hamás.

Bloques de apartamentos, una mezquita y hospitales fueron algunos de los lugares atacados y los impactos destruyeron algunas carreteras y casas, según medios de comunicación y testigos presenciales.

Israel también bombardeó la sede de la empresa privada Palestinian Telecommunication Co, lo que podría afectar a los servicios de telefonía fija, internet y telefonía móvil.

Los ataques continuaron durante la noche del lunes. El ejército israelí afirmó haber atacado objetivos en la Franja de Gaza desde el mar y el aire, incluido un depósito de armas que, dijo, pertenecía a la Yihad Islámica y objetivos de Hamás a lo largo de la línea costera de Gaza.

El portavoz de Hamás, Abu Ubaida, amenazó el lunes con matar a israelíes entre las docenas de cautivos tras el ataque sorpresa del sábado por la mañana. Dijo que Hamás ejecutaría a un cautivo israelí por cada bombardeo israelí de una casa civil sin previo aviso y que retransmitiría la ejecución.

No hubo respuesta inmediata del ejército israelí a esa amenaza. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, afirmó que Hamás había capturado a más de 100 personas durante la mortífera incursión transfronteriza del fin de semana.

OBLIGADOS A SALIR DE CASA

Los palestinos informaron de que habían recibido llamadas y mensajes de audio de teléfono móvil de agentes de seguridad israelíes en los que les decían que abandonaran zonas situadas principalmente en los territorios del norte y el este de Gaza y les advertían de que el ejército actuaría allí.

Decenas de personas del barrio de Remal, en la ciudad de Gaza, huyeron de sus casas.

"Cogimos a nuestros hijos, nietos y nueras y huimos. Puedo decir que nos convertimos en refugiados. No tenemos seguridad, ni protección. ¿Qué es esta vida? Esto no es vida", dijo el residente Salah Hanouneh, de 73 años.

En el sur de Israel, escenario del ataque de Hamás, el portavoz militar jefe de Israel dijo que las tropas habían restablecido el control de las comunidades del interior de Israel que habían sido invadidas, pero que continuaban los enfrentamientos aislados, ya que algunos hombres armados seguían activos.

El anuncio de que 300.000 reservistas habían sido activados en sólo dos días aumentó las especulaciones de que Israel podría estar contemplando un asalto terrestre a Gaza, territorio que abandonó hace casi dos décadas.

"Nunca habíamos reclutado tantos reservistas a tal escala", dijo Hagari. "Estamos pasando a la ofensiva".

Washington --que proporciona a Israel 3.800 millones de dólares en ayuda militar cada año-- dijo que estaba enviando nuevos suministros de defensas aéreas, municiones y otras ayudas de seguridad a Israel.

El general de más alto rango de Estados Unidos advirtió a Irán de que no se involucrara en la crisis y dijo que no quería que el conflicto se extendiera. Irán no oculta su apoyo a Hamás y ha aplaudido el ataque del fin de semana, al tiempo que ha negado cualquier implicación.

"Queremos enviar un mensaje muy claro. No queremos que esto se amplíe y la idea es que Irán reciba ese mensaje alto y claro", dijo a los periodistas que viajaban con él a Bruselas el general Charles Q. Brown, jefe del Estado Mayor Conjunto.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, habló sobre el apoyo de Estados Unidos a Israel en una llamada con el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Eli Cohen, según informó el Departamento de Estado en un comunicado a primera hora del martes.

Blinken "reafirmó nuestros esfuerzos para asegurar la inmediata liberación inmediata de todos los rehenes".

Gobiernos como los de Italia, Tailandia y Ucrania informaron de la muerte de ciudadanos suyos en los atentados de Hamás. En Estados Unidos, el presidente Joe Biden dijo que al menos 11 nacionales habían muerto y que era probable que hubiera ciudadanos estadounidenses entre los rehenes.

Mientras Israel llevaba a cabo intensos ataques de represalia contra Gaza, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, provocó la condena internacional al anunciar un bloqueo reforzado para impedir que alimentos y combustible llegaran a la franja, donde viven 2,3 millones de personas.

Medios de comunicación afines a Hamás afirmaron que al menos 20 personas habían muerto en ataques israelíes contra viviendas en la Franja de Gaza a última hora del lunes. Medios palestinos también informaron de que un ataque aéreo israelí contra un edificio de la ciudad de Gaza había matado a dos periodistas palestinos y herido de gravedad a un tercero.

Reuters no pudo confirmar inmediatamente estas informaciones. El ejército israelí no hizo comentarios de inmediato.

RESPUESTA INTERNACIONAL

El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que unas 137.000 personas se habían refugiado en la UNRWA, la agencia de la ONU que proporciona servicios esenciales a los palestinos.

Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y EEUU emitieron una declaración conjunta en la que reconocían las "legítimas aspiraciones" del pueblo palestino y apoyaban medidas iguales de justicia y libertad para israelíes y palestinos por igual.

También afirmaron que permanecerían "unidos y coordinados" para garantizar que Israel pueda defenderse.

El presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, y su homólogo turco, Tayyip Erdogan, pidieron a Hamás y a Israel que pusieran fin de inmediato a la violencia y protegieran a los civiles, dijo la presidencia egipcia.

Mediadores qataríes realizaron llamadas urgentes para intentar negociar la libertad de mujeres y niños israelíes secuestrados por Hamás a cambio de la liberación de 36 mujeres y niños palestinos de cárceles israelíes.

La posibilidad de que los enfrentamientos se extiendan alarmó a la región y al mundo.

El grupo armado libanés Hezbolá disparó cohetes contra el norte de Israel en respuesta a la muerte de al menos tres de sus miembros en bombardeos israelíes contra Líbano. Israel dijo que uno de sus subcomandantes había muerto en una incursión transfronteriza anterior desde Líbano.

(Reporte de Emily Rose, Maayan Lubell y Ari Rabinovitch en Jerusalén, Nidal al-Mughrabi en Gaza y Ammar Anwar en Sderot; reporte adicional de Henriette Chacar y Dan Williams en Jerusalén, Ali Sawafta en Ramallah, Steven Scheer en Modiin y la redacción de Washington; escrito por Michael Perry y Stephen Coates; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)