GAZA/JERUSALÉN, 21 nov (Reuters) -El líder de Hamás dijo el martes que se estaba cerca de alcanzar un acuerdo de tregua con Israel, y el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo que esperaba recibir pronto buenas noticias sobre los rehenes, las señales más optimistas hasta ahora de un acuerdo para detener los combates y liberar a los cautivos.

Sin embargo, mientras las negociaciones parecían acercarse a un acuerdo, los combates sobre el terreno se recrudecieron e Israel dijo que sus fuerzas habían rodeado el campo de refugiados de Jabaliya, uno de los principales focos urbanos y bastión de los milicianos de Hamás.

Según la agencia de noticias palestina, 33 personas murieron y decenas resultaron heridas en un ataque aéreo israelí frente parte de Jabaliya, una congestionada extensión urbana de la ciudad de Gaza donde Hamás ha estado luchando frente el avance de las fuerzas blindadas israelíes.

En el sur de Gaza, medios de comunicación afines a Hamás dijeron que 10 personas habían muerto y 22 habían resultado heridas por un ataque aéreo israelí contra un bloque de apartamentos en la ciudad de Jan Yunis.

Reuters no pudo verificar de inmediato las versiones de los combates de ninguno de los bandos.

Si se llega a un acuerdo sobre los rehenes, sería la primera pausa en las hostilidades y la primera liberación masiva de personas retenidas por ambos bandos en una guerra que dura ya seis semanas, y que ha hecho temer un conflicto más amplio en Oriente Próximo.

Funcionarios de Hamás estaban "cerca de alcanzar un acuerdo de tregua" con Israel y el grupo ha entregado su respuesta a los mediadores qataríes, dijo el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en una declaración enviada a Reuters por su asesor, y que el grupo había entregado su última respuesta a los mediadores qataríes.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo, según declaraciones difundidas por su oficina: "Estamos avanzando. No creo que merezca la pena decir demasiado, ni siquiera en este momento, pero espero que pronto haya buenas noticias".

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo a los periodistas que estaba muy cerca un acuerdo para liberar a algunos de los más de 200 rehenes en poder de Hamás. "Mi equipo está en la región desplazándose entre capitales. Ahora estamos muy cerca, muy cerca, de traer a algunos de estos rehenes a casa muy pronto", dijo.

Netanyahu convocó a su gabinete de guerra en un contexto de crecientes indicios de un acuerdo para liberar a algunos de los 240 rehenes llevados por milicianos de Hamás a Gaza tras su mortífera incursión transfronteriza en Israel el 7 de octubre, que desencadenó la guerra.

Poco después, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, dijo que el acuerdo sobre los rehenes estaba cerca pero no era definitivo.

Un funcionario estadounidense conocedor de las conversaciones facilitadas por Qatar dijo que Hamás liberaría a unos 50 rehenes, en su mayoría mujeres y niños e incluidos algunos extranjeros, mientras que Israel liberaría a 150 prisioneros palestinos, con lo que los combates se detendrían durante cuatro o cinco días.

Un funcionario de Hamás dijo anteriormente a la cadena de televisión Al Jazeera que las negociaciones se centraban en la duración de la tregua, los acuerdos para la entrega de ayuda a Gaza y los detalles del intercambio de cautivos. Ambas partes liberarían a mujeres y niños, y los detalles serían anunciados por Qatar, que está mediando en las negociaciones, dijo el funcionario, Issat el Reshiq.

El principal portavoz militar israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, dijo que el ejército estaba centrado en la lucha y que el acuerdo con Hamás, si se cerraba, no afectaría a sus logros en Gaza, donde Israel afirma que controla ahora gran parte del norte.

"El ejército sabrá mantener sus logros militares en Gaza mientras se prepara para las siguientes fases de la guerra", dijo Hagari en una sesión informativa televisada el martes por la noche.

LLUVIA Y FRÍO EMPEORAN CONDICIONES

La incursión de Hamás el 7 de octubre, el día más mortífero en los 75 años de historia de Israel, llevó a este país a invadir Gaza para aniquilar al grupo militante que ha gobernado allí desde 2007.

Alrededor de dos tercios de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se han quedado sin hogar desde entonces, y miles de personas al día siguen caminando hacia el sur a pie con sus pertenencias y sus hijos en brazos. Las zonas central y meridional del enclave, adonde Israel les ha dicho que se vayan, también han sido atacadas con regularidad.

Un día y una noche de lluvia y frío invernal empeoraron las terribles condiciones en Gaza para los desplazados, muchos miles de los cuales duermen a la intemperie o en tiendas improvisadas.

Las autoridades sanitarias de Gaza informaron a primera hora el martes de que al menos 20 palestinos habían muerto en un bombardeo israelí sobre el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de Gaza, a medianoche. Israel no hizo comentarios de inmediato.

Los bombardeos en las zonas del sur hacen temer a los gazatíes que no tienen ningún lugar seguro al que ir. El vecino Egipto ha permitido la evacuación de algunos heridos y titulares de pasaportes extranjeros, pero afirma que no aceptará un éxodo masivo.

Miller, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, dijo que Washington estaba manteniendo "conversaciones bastante detalladas" con Israel sobre las medidas que podría adoptar para evitar daños a la población civil y facilitar la entrega de ayuda si sigue adelante con la ampliación prevista de su campaña militar hacia el sur de Gaza.

Todos los hospitales del norte han dejado de funcionar con normalidad, aunque muchos siguen albergando a pacientes y gazatíes desplazados. Israel afirma que Hamás utiliza los hospitales como cobertura para sus combatientes, lo que Hamás y los hospitales niegan.

La Organización Mundial de la Salud dijo que estaba trabajando en planes para evacuar tres hospitales del norte de Gaza: Al Shifa, Al Ahli y el Hospital Indonesio, lamentando que se trate de un último recurso.

(Reportes de Nidal al-Mughrabi en Gaza, Emily Rose en Jerusalén, Andrew Mills en Doha, Steve Holland en Washington y las oficinas de Reuters; editado en español de Javier López de Lérida y Aida Peláez-Fernández)