EL CAIRO, 25 mar (Reuters) - A mediados de marzo, una fila de camiones se extendía a lo largo de 3 kilómetros por una carretera desierta cerca de un paso fronterizo de Israel a la Franja de Gaza. El mismo día, otra, de 1,5 kilómetros de largo y a veces dos o tres, se desplegaba cerca de un paso fronterizo de Egipto a Gaza.

Los camiones estaban llenos de ayuda, en gran parte alimentos, para los más de 2 millones de palestinos del enclave devastado por la guerra. A unos 50 kilómetros de Gaza, más camiones de ayuda -unos 2.400 en total- permanecían parados este mes en la ciudad egipcia de Al Arish, según un funcionario de la Media Luna Roja egipcia.

Los camiones repletos de alimentos, el principal salvavidas para los gazatíes, están en el centro de la creciente crisis humanitaria que asola el enclave.

Transcurridos más de cinco meses de la guerra de Israel contra Hamás, un informe de una autoridad mundial en seguridad alimentaria ha advertido de que la hambruna es inminente en algunas partes de Gaza, ya que más de tres cuartas partes de la población se ha visto obligada a abandonar sus hogares y franjas del territorio están en ruinas.

Galvanizada por los informes y las imágenes de niños hambrientos, la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, ha estado presionando a Israel para que facilite la transferencia de más ayuda a Gaza.

Washington ha lanzado desde el aire alimentos al enclave mediterráneo y recientemente ha anunciado que construirá un muelle frente a la costa de Gaza para facilitar el transporte de más ayuda.

Funcionarios de la ONU han acusado a Israel de bloquear los suministros humanitarios a Gaza. El responsable de política exterior de la Unión Europea afirmó que el Estado judío usa el hambre como "arma de guerra" y funcionarios de las agencias de ayuda afirman que la burocracia israelí está ralentizando el flujo de camiones que transportan suministros de alimentos.

Las autoridades israelíes rechazan estas acusaciones y afirman que han aumentado el acceso de la ayuda a Gaza.

Israel no es responsable de los retrasos en la llegada de la ayuda a Gaza, afirman, y la entrega de la ayuda una vez dentro del territorio es responsabilidad de la ONU y de las agencias humanitarias. El Estado judío también ha acusado a Hamás de robar la ayuda.

Reuters entrevistó a más de dos docenas de personas, entre trabajadores humanitarios, oficiales militares israelíes y conductores de camiones, para trazar la tortuosa ruta que sigue la ayuda hasta Gaza, en un esfuerzo por identificar las dificultades y las razones de los retrasos de los suministros.

Reuters también revisó las estadísticas de la ONU y del Ejército israelí sobre los envíos de ayuda, así como imágenes por satélite de las zonas de paso fronterizo, que revelaron las largas colas de camiones.

Antes de que los envíos de ayuda entren en Gaza, se someten a una serie de controles israelíes, y un envío aprobado en una fase del proceso puede ser rechazado más tarde, según 18 trabajadores humanitarios y funcionarios de la ONU que participan en la ayuda.

En uno de los pasos fronterizos, las mercancías se cargan dos veces en camiones y luego se vuelven a cargar en otros camiones que transportan la ayuda a los almacenes de Gaza. El proceso de entrega de la ayuda también puede complicarse por las demandas internacionales contrapuestas, ya que algunos países quieren que se dé prioridad a sus contribuciones.

La ayuda que llega a Gaza puede ser saqueada por civiles desesperados, caer en manos de bandas armadas o ser retenida en los puestos de control del Ejército israelí. La mitad de los almacenes de ayuda en Gaza ya no funcionan tras haber sido alcanzados en los combates.

"Es angustioso ver cómo estos camiones de ayuda no van a ninguna parte y cómo vastos suministros humanitarios se quedan en los almacenes cuando piensas en lo que está ocurriendo, ahora mismo, en las personas que los necesitan", afirmó Paolo Pezzati, trabajador de Oxfam que visitó recientemente la fila de camiones de ayuda cerca de la frontera entre Egipto y Gaza.

Antes de que comenzara la guerra, una promedio de 200 camiones cargados de ayuda entraban en Gaza cada día, según cifras de la ONU. Otros 300 camiones cargados de importaciones comerciales, incluidos alimentos, suministros agrícolas y materiales industriales, también lo hacían través de Israel.

Desde el comienzo de la guerra, una media de unos 100 camiones han entrado diariamente en Gaza, según un estudio de las estadísticas militares israelíes y de la ONU sobre los envíos de ayuda.

Mientras los camiones tratan de entrar en Gaza, la necesidad de ayuda ha aumentado drásticamente, tanto por el gran número de desplazados como por la devastación de infraestructura clave en el asalto israelí. Esto incluye la destrucción de panaderías, mercados y tierras de cultivo que cubrían algunas de las necesidades alimentarias de Gaza.

"Las guerras anteriores no fueron así", afirmó Alaa al-Atar, funcionario municipal, refiriéndose a los conflictos en Gaza. "No se destruyeron todas las fuentes de subsistencia: casas, tierras de cultivo, infraestructura. No queda nada para sobrevivir, sólo ayuda", afirmó Atar, que fue desplazado del norte al sur de Gaza al principio de la guerra.

Para satisfacer sus necesidades mínimas, las agencias de ayuda y los funcionarios de la ONU afirman que Gaza necesita actualmente entre 500 y 600 camiones al día, incluida la ayuda humanitaria y los suministros comerciales que llegaban antes de la guerra. Eso supone unas cuatro veces el número de camiones que entran ahora.

En marzo ha habido un repunte, con una media de 150 camiones que entran en Gaza cada día.

Se están realizando algunas entregas mediante envíos aéreos internacionales y por mar, pero no compensan las carencias de las rutas terrestres. En las tres primeras semanas de marzo, el equivalente a unos 50 camiones cargados de ayuda fueron lanzados desde el aire y transportados por mar, según un recuento de Reuters basado en estadísticas militares israelíes.

El reciente informe sobre seguridad alimentaria, conocido como Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF), reveló que la falta de ayuda hace que casi todos los hogares de Gaza se salten comidas todos los días y que los adultos ayunen para que sus hijos puedan comer.

La situación es especialmente grave en el norte de Gaza, donde en casi dos tercios de los hogares "la gente pasó días y noches enteras sin comer al menos 10 veces en los últimos 30 días".

La guerra fue desencadenada por un ataque dirigido por Hamás contra comunidades del sur de Israel el 7 de octubre en el que murieron 1.200 personas y más de 250 fueron tomadas como rehenes, según el Estado judío. Desde entonces, la ofensiva israelí ha matado a más de 31.000 personas, según las autoridades sanitarias de Gaza.

Un alto cargo de Hamás afirmó que Israel es responsable de la inadecuada afluencia de ayuda. La "mayor amenaza" para la distribución de la ayuda son los continuos ataques de Israel en Gaza, dijo a Reuters Bassem Naim.

"El mayor obstáculo para hacer llegar la ayuda a la gente que la necesita son los continuos tiroteos y los continuos ataques contra la ayuda y contra quienes la manejan", afirmó.

ESPERANDO EN EL DESIERTO

Antes de que parte de la ayuda comience su viaje a Gaza, se transporta en avión a El Cairo o por mar a Port Said, que limita con la península egipcia del Sinaí, a unos 150 kilómetros al oeste de Al Arish. Desde allí, se transporta en camión hasta la ciudad de Al Arish, en la costa mediterránea. Parte de la ayuda también llega directamente por avión a la ciudad egipcia.

Una vez en El Cairo o Al Arish, la ayuda se somete a un primer control. Las agencias internacionales presentan un inventario detallado de cada envío al Ejército israelí a través de la ONU para su autorización. Israel prohíbe desde hace tiempo los artículos de "doble uso" que, según afirma, podrían ser utilizados por Hamás para fabricar armas.

De las 153 solicitudes presentadas a las autoridades israelíes para la entrada de mercancías en Gaza entre el 11 de enero y el 15 de marzo, 100 fueron autorizadas, 15 fueron rechazadas de plano y otras 38 estaban pendientes, informó a Reuters la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.

Los funcionarios de la ONU no especificaron si una solicitud se refería a un número concreto de camiones o a un volumen de ayuda. Se tarda casi un mes en promedio en obtener una respuesta, según las actas de una reunión de agencias de ayuda vistas por Reuters.

El Ejército israelí afirma que aprueba casi el 99% de los camiones con destino a Gaza que inspecciona y que, una vez que la mercancía está dentro del enclave, es responsabilidad de las organizaciones internacionales de ayuda distribuirla.

El proceso de inspección "no es el impedimento" para que la ayuda "llegue a la Franja de Gaza", afirmó Shimon Freedman, portavoz de COGAT, la rama militar israelí que gestiona las transferencias de ayuda.

Las disputas diplomáticas entre los países donantes de ayuda también pueden obstaculizar el proceso de entrega.

Funcionarios de la ONU dijeron a Reuters que, dado que la ayuda no sólo procede de organismos internacionales, sino también directamente de países donantes individuales, el proceso de decidir qué camiones van al principio de la cola puede ser espinoso incluso antes de que salgan de Al Arish.

El funcionario de la Media Luna Roja Egipcia dijo que los países donantes "dejan la ayuda en Al Arish o en el aeropuerto de Al Arish y se marchan diciendo: 'Hemos entregado ayuda a Gaza'" Son la Media Luna Roja y las autoridades egipcias quienes asumen después la responsabilidad de hacer llegar la ayuda a Gaza, añadió.

Desde Al Arish, los camiones hacen un viaje de 50 kilómetros hasta el paso fronterizo de Ráfah, en la frontera entre Egipto y Gaza.

Próxima parada: los centros de inspección de camiones de Israel.

Una vez que llegan al paso fronterizo de Rafah, algunos camiones tienen que recorrer 40 kilómetros de la frontera entre Egipto e Israel hasta llegar a un centro de inspección en el lado israelí llamado Nitzana. Según el personal de la ONU y de otros organismos de ayuda, los soldados israelíes inspeccionan físicamente las mercancías con escáneres y perros rastreadores.

Algunos artículos son rechazados durante la inspección física, en particular los que Israel cree que podrían ser utilizados por Hamás y otros grupos armados con fines militares.

Algunos envíos con artículos de doble uso son devueltos a Al Arish. El mismo artículo que se deja pasar un día, puede ser rechazado otro, dijeron funcionarios de la ONU y trabajadores humanitarios.

Las agencias de la ONU afirman que entre los artículos rechazados por los militares se encuentran paneles solares, postes metálicos para tiendas de campaña, tanques de oxígeno, generadores y equipos de purificación de agua.

Pezzati, el trabajador de Oxfam, dijo que vio un almacén en Al Arish a principios de marzo que estaba lleno de artículos prohibidos por Israel. "Había muletas, inodoros de camping, kits de higiene, desinfectantes para médicos y para cirugías", destacó.

Freedman, de COGAT, dijo que existe una lista publicada de lo que constituyen productos de doble uso, pero que no hay una "prohibición general". Si las autoridades israelíes "entienden para qué son necesarios exactamente, podemos coordinarlo", dijo.

Según Freedman, las inspecciones israelíes no son la causa del retraso de la ayuda. "Tenemos capacidad para inspeccionar más ayuda humanitaria de la que pueden distribuir las organizaciones internacionales", afirmó.

El ejército israelí afirma que puede inspeccionar un total de 44 camiones por hora en Nitzana y en Kerem Shalom, un paso fronterizo donde se controla la ayuda. Pero los funcionarios de las agencias de ayuda afirman que el número real de camiones escaneados es menor. El ejército no quiso decir cuántas horas Nitzana y Kerem Shalom están abiertos cada día.

Una vez que los camiones pasan la inspección en Nitzana, hacen el viaje de 40 kilómetros de vuelta a Rafah, donde esperan para cruzar a Gaza.

A finales de enero, grupos de israelíes, entre ellos amigos y familiares de las más de 130 personas que siguen secuestradas por Hamás, empezaron a protestar contra el envío de ayuda a Gaza. Entre finales de enero y principios de marzo, las protestas cerraron Nitzana o Kerem Shalom durante un total de 16 días, según las agencias de ayuda.

En el paso fronterizo de Kerem Shalom, las mercancías se descargan de los camiones escaneados y se vuelven a cargar en camiones que han sido inspeccionados por el Ejército israelí, según los trabajadores de la ONU y de las agencias de ayuda.

Estos camiones "desinfectados" recorren un kilómetro hasta un almacén dentro de Gaza, donde se descarga de nuevo la ayuda. A continuación, la mercancía se coloca en camiones conducidos por palestinos y se lleva a almacenes gestionados en su mayoría por la ONU en Rafah.

Ante la creciente presión internacional, Israel inició a principios de este mes una nueva ruta para la entrega de ayuda directamente al norte de Gaza, conocida como la puerta 96. El 20 de marzo, COGAT declaró que al menos 86 camiones habían entrado por el nuevo cruce.

"Todos los días entra en Gaza una cantidad suficiente de alimentos", dijo el coronel Moshe Tetro, funcionario del COGAT que supervisa Gaza.

La nueva ruta se puso en marcha "como parte de un proyecto piloto para impedir que Hamás se apodere de la ayuda", afirmó el COGAT en un post publicado en la red social X. Freedman, sin embargo, dijo que no tenía "pruebas concretas" que pueda compartir sobre el robo de ayuda por parte de Hamás.

Naim, de Hamás, rechazó la acusación de que el grupo estuviera robando ayuda. "Hemos cooperado y cooperamos con todos los Estados y organizaciones humanitarias para que la ayuda llegue a la gente que la necesita desesperadamente", afirmó.

UN ARDUO VIAJE

Una vez dentro de Gaza, los envíos de ayuda enfrentan más desafíos.

Varios convoyes han sido atacados en el tramo de carretera que va de Kerem Shalom a los almacenes de Gaza por personas que portaban armas rudimentarias como hachas y cúteres, según funcionarios de la ONU y conductores de camiones. En el interior de Gaza, otros han sido asediados por multitudes de personas desesperadas por conseguir alimentos.

La seguridad de los convoyes de alimentos que recorren la corta distancia que separa los pasos fronterizos de los almacenes de Rafah también se deterioró después de que varios ataques del Ejército israelí dejaron al menos ocho policías muertos en Gaza, según funcionarios de la ONU. Israel afirma que todos los policías son miembros de Hamás.

"Si son de Hamás o no, no lo sé, pero estaban haciendo un trabajo para nosotros en términos de control de multitudes", dijo Jamie McGoldrick, un alto funcionario de la ONU. "Ahora la policía está menos dispuesta a hacerlo".

La mayoría de las agencias de ayuda negocian ahora su propia seguridad con las comunidades locales, dijo McGoldrick.

Reuters informó recientemente que hombres armados y enmascarados de diversos clanes y facciones de Gaza habían empezado a proporcionar seguridad a los convoyes de ayuda.

Los agentes de policía de Gaza "son de Hamás, forman parte de la organización terrorista Hamás", afirmó Freedman, de COGAT. Israel no ataca a los convoyes humanitarios, "intentamos ayudarles, pero Hamás es nuestro enemigo".

Almacenar la ayuda en Gaza también se ha convertido en un problema. Los almacenes han resultado dañados por los combates y en ocasiones han sido saqueados.

De los 43 almacenes de Gaza que estaban operativos antes de la guerra, ahora sólo funcionan 22, según el Grupo de Logística, un facilitador logístico de las agencias de ayuda dirigido por la ONU.

A mediados de marzo, un ataque aéreo israelí alcanzó un centro de distribución de alimentos de la ONU en el sur de Gaza, matando a varias personas. Israel afirmó haber matado a un comandante de Hamás en el ataque, mientras que el grupo afirmó que el hombre era miembro de sus fuerzas policiales.

Desde los almacenes, la ayuda se distribuye en el sur de Gaza, donde se encuentra la mayoría de la población. Las entregas en el norte del territorio son más complicadas.

Las carreteras del norte han sido bombardeadas por Israel y hay retrasos porque los camiones son retenidos o se les deniega el acceso en los puestos de control, afirman funcionarios de la ONU y de otros organismos de ayuda.

Los convoyes de ayuda también suelen ser saqueados antes de llegar a su destino por multitudes de personas desesperadas por conseguir alimentos, según funcionarios de la ONU.

Funcionarios de la ONU dijeron a Reuters que las agencias humanitarias habían hecho 158 peticiones al ejército israelí para entregar ayuda en el norte de Gaza desde el comienzo de la guerra hasta el 14 de marzo. De ellas, se denegaron 57.

Freedman, de COGAT, dijo que algunas solicitudes para trasladar ayuda al interior de Gaza han sido rechazadas porque las agencias de ayuda no se coordinaron suficientemente con Israel.

"No fueron capaces de decirnos exactamente adónde iba esa ayuda", dijo. "Y si no sabemos adónde va, no sabemos si no acabará en manos de Hamás"

En el sur de Gaza, los residentes esperan desesperadamente ayuda.

"La gente no tiene absolutamente nada que comer, ni un lugar donde alojarse, ni un refugio", afirmó Suleiman al-Jaal, un camionero local que dijo haber sido atacado cuando transportaba ayuda en Gaza. "Esto no es vida. Por mucha ayuda que traigan, no es suficiente".

(Contribución de Aidan Lewis, Nidal al-Mughrabi, James Mackenzie y Gabrielle Tetrault-Farber. Editado en español por Javier López de Lérida)