Una niña que fue sacada del vientre de su madre moribunda en un hospital de Gaza tras un ataque aéreo israelí ha muerto a su vez tras sólo unos días de vida, según declaró el viernes el médico que la atendía.

La bebé había sido bautizada con el nombre de Rouh, que significa Alma.

Su madre, Sabreen Al-Sakani, resultó gravemente herida cuando el ataque israelí alcanzó el domicilio familiar en Rafah, la ciudad más meridional de la asediada Franja de Gaza, el sábado por la noche.

Su marido Shukri y su hija Malak, de tres años, murieron.

Sabreen, que estaba embarazada de 30 semanas, fue trasladada de urgencia al hospital emiratí de Rafah. Murió a causa de sus heridas pero los médicos pudieron salvar al bebé, dándole a luz por cesárea.

Sin embargo, el bebé sufrió problemas respiratorios y un sistema inmunitario débil, según declaró el doctor Mohammad Salama, jefe de la unidad neonatal de urgencias del hospital emiratí, que había estado atendiendo a Rouh.

Murió el jueves.

"Yo y otros médicos intentamos salvarla, pero murió. Para mí, personalmente, fue un día muy difícil y doloroso", declaró a Reuters por teléfono.

"Nació cuando su sistema respiratorio no estaba maduro y su sistema inmunitario era muy débil, y eso fue lo que la llevó a la muerte. Se unió a su familia como una mártir", dijo Salama.

Más de 34.000 palestinos han muerto en los seis meses de guerra en Gaza entre Israel y los militantes de Hamás, muchos de ellos mujeres y niños, según el ministerio de Sanidad de Gaza. Israel niega haber atacado deliberadamente a civiles en su campaña para erradicar a Hamás.

Gran parte de Gaza ha quedado arrasada por los bombardeos israelíes

y la mayoría de los hospitales del enclave han sufrido graves daños, mientras que los que siguen funcionando carecen de electricidad, equipos de esterilización de medicamentos y otros suministros.

"(La abuela de la bebé Rouh) nos instó a mí y a los médicos a que cuidáramos de ella porque sería alguien que mantendría vivo el recuerdo de su madre, su marido y su hermana, pero fue voluntad de Dios que muriera", dijo Salama.