El ataque, que arrasó el edificio consular adyacente a la embajada de Irán y mató a siete militares iraníes, entre ellos dos altos mandos, supuso una escalada de los ataques israelíes contra los intereses iraníes en Siria junto a la guerra de Gaza.

Provocó la condena de las Naciones Unidas y de la Unión Europea por atacar instalaciones diplomáticas, e Irán ha prometido vengarse.

El ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Faisal Mekdad, asistió a la inauguración del nuevo edificio consular, junto a Amirabdollahian, que está concluyendo una gira regional en Siria, según la agencia estatal de noticias siria SANA. La pareja visitó después a uno de los heridos en el ataque que seguía en el hospital recibiendo tratamiento.

Un miembro de la delegación iraní dijo a Reuters que el nuevo edificio consular era propiedad de la embajada y que anteriormente había albergado la sede de una empresa automovilística irano-siria.

En una conferencia de prensa conjunta, Mekdad dijo que Siria estaba con las facciones de la "resistencia" en la región -el término de Irán para sus aliados en la región que son enemigos jurados de Israel- pero no dio detalles sobre si Siria respondería directamente. Amirabdollahian repitió que Israel "sería castigado" por atacar el edificio consular pero no dio detalles concretos.

Amirabdollahian concluyó su visita a Damasco tras una reunión con el presidente sirio, Bashar al-Assad.

Hasta ahora, Teherán ha evitado entrar directamente en la refriega en la guerra de Gaza, mientras apoyaba los ataques de sus aliados contra objetivos israelíes y estadounidenses.