EL CAIRO, 21 mar (Reuters) - El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió el jueves con el presidente de Egipto para mantener conversaciones para impulsar un alto el fuego en Gaza, mientras los palestinos en la Franja se desesperaban en un Ramadán sin sus familiares muertos ni alimentos adecuados para sus hijos.

En Gaza, la ofensiva militar israelí se centró por cuarto día en el hospital al-Shifa, el único centro médico parcialmente operativo del norte de la Franja, y los residentes locales dijeron haber visto edificios en llamas dentro del complejo.

Con el hambre extendiéndose en el densamente poblado enclave, donde cinco meses de guerra han creado una crítica escasez de alimentos, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que sólo la ampliación de los pasos fronterizos terrestres hacia Gaza podría evitar la hambruna.

Blinken se reunió con Abdel Fattah El-Sisi en El Cairo después de que esta semana se reanudaran en Qatar las conversaciones sobre el alto el fuego, centradas en una tregua de unas seis semanas que permitiría la liberación de 40 rehenes israelíes a cambio de cientos de palestinos detenidos en cárceles de Israel.

El secretario dijo a la emisora árabe Al Hadath que un alto el fuego de este tipo supondría "un alivio inmediato para tanta gente que sufre en Gaza: los niños, las mujeres, los hombres", y que Estados Unidos había redactado una resolución de la ONU para ello.

El principal escollo sigue siendo que Hamás afirma que sólo liberará a los rehenes como parte de un acuerdo que ponga fin a la guerra, mientras que Israel afirma que sólo discutirá una pausa temporal.

"Creo que las diferencias se están reduciendo y que es muy posible llegar a un acuerdo", dijo Blinken a Al Hadath.

La ofensiva israelí ha matado ya a casi 32.000 palestinos, según las autoridades sanitarias de Gaza, en ataques tras la irrupción de milicianos de Hamás, que gobierna Gaza, en Israel en 7 de octubre, que dejó unas 1.200 personas muertas y tomaron 253 rehenes, según cálculos israelíes.

Los líderes de la Unión Europea , reunidos en Bruselas, también tenían previsto pedir un alto el fuego. El responsable de política Exterior de la UE, Josep Borrell, instó a enviar un mensaje más contundente a Israel para que proteja a los civiles y afirmó que tiene "derecho a defenderse, no a vengarse".

CRISIS HUMANITARIA

Sisi insistió en la necesidad de una tregua para hacer frente a la escalada de la crisis humanitaria y advirtió de los peligros de una operación militar en Ráfah, la última zona de relativa seguridad para los civiles donde se refugia ahora más de la mitad de la población del enclave, en la frontera con Egipto.

Pero un funcionario israelí insistió en que Israel tomaría el control de Ráfah incluso si ello provocaba una ruptura con Estados Unidos, afirmando que una cuarta parte de la fuerza de combate original de Hamás se encontraba allí.

"Va a ocurrir. Y sucederá incluso si Israel se ve obligado a luchar solo", dijo el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, en un podcast.

Funcionarios de 36 países y agencias de la ONU se reunieron en Chipre para debatir formas de agilizar las entregas humanitarias.

Un barco con víveres llegó al enclave la semana pasada procedente de Chipre y se espera que otros dos partan pronto. Pero las agencias de ayuda dicen que los envíos son logísticamente difíciles y no pueden sustituir a las entregas por camión.

"Los recientes esfuerzos para entregar alimentos por aire y mar son bienvenidos, pero sólo la ampliación de los cruces terrestres permitirá entregas a gran escala para prevenir la hambruna", dijo el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

"Una vez más, pedimos a Israel que abra más cruces y acelere la entrada y entrega de agua, alimentos, suministros médicos y otra ayuda humanitaria en Gaza y dentro de ella".

En una escuela de Gaza, gestionada por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, miles de personas que han huido de los ataques aéreos israelíes apenas tenían comida suficiente para romper el ayuno diario del Ramadán, a diferencia de otros musulmanes que celebran el mes sagrado con convites después del ayuno.

"Ve y comprueba todos los mercados... No encontrarás ni una sola lata de habas o garbanzos para que coman los niños", dijo Basel al-Soueidi, refugiado en el campo de Jabalia, mientras cocinaba unas pocas lentejas rojas para los miembros supervivientes de su familia, 17 de los cuales han muerto en la guerra.

"Los echo de menos a todos: no hay comida ni agua, no hay nada. Todos mis primos murieron, no queda nadie. Solíamos reunirnos todos durante el Ramadán, con mi tío", dijo, al borde del llanto.

ISRAEL DICE QUE LOS MILICIANOS SE ESCONDEN EN UN HOSPITAL

Cerca de al-Shifa, residentes dijeron a Reuters a través de una aplicación de chat que el ejército había volado casas cercanas mientras ardían los edificios del complejo hospitalario.

Rabah, padre de cinco hijos, dijo que la zona era una zona de guerra, con personas atrapadas dentro de sus casas en medio de enfrentamientos en las calles.

"Israel envió tanques al corazón de la ciudad de Gaza para destruir lo que queda de las casas y carreteras", afirmó.

Israel dijo que sus tropas habían matado a más de 50 hombres armados de Hamás durante el día anterior, elevando a 140 el número de combatientes muertos en los alrededores del hospital, junto con dos soldados israelíes.

Israel dijo que había localizado infraestructura terrorista y armas en las instalaciones y sus alrededores, mostrando imágenes de fusiles automáticos AK-47, granadas propulsadas por cohetes, morteros y otro tipo de artillería.

El portavoz militar, contralmirante Daniel Hagari, dijo que "muchos terroristas de Hamás, operativos y de alto rango", se habían escondido en el hospital junto con milicianos de la Yihad Islámica.

"Cuando entramos en el hospital, nos encontramos con terroristas que luchaban contra nosotros en esta zona", añadió.

Hamás ha negado que el hospital albergara milicianos y ha dicho que los muertos eran pacientes heridos y personas desplazadas.

(Reporte de Humeyra Pamuk y Nidal al-Mughrabi en El Cairo; escrito por Sharon Singleton; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)