La inflación subyacente de Japón se aceleró en febrero al desvanecerse el efecto de los subsidios gubernamentales a los combustibles, según mostraron los datos el viernes, una señal de que la economía está manteniendo el crecimiento de los precios de forma sostenible en torno al objetivo del 2% del banco central.

Pero un índice que elimina el efecto del combustible, seguido de cerca por el Banco de Japón como indicador de las tendencias más amplias de los precios, se ralentizó en el año hasta febrero, subrayando la incertidumbre sobre cuándo volverá a subir los tipos de interés el banco central.

Los mercados buscan pistas sobre cuándo volverá a subir los tipos el Banco de Japón tras su decisión del martes de abandonar su programa de estímulo radical, lo que supone un cambio histórico al dejar de centrarse en reflotar el crecimiento mediante una agresiva relajación monetaria.

El índice de precios al consumo (IPC) subyacente a nivel nacional, que excluye los alimentos frescos pero incluye los artículos energéticos, subió un 2,8% en febrero con respecto al año anterior, según mostraron los datos del gobierno, acelerándose con respecto a la subida del 2,0% de enero. Se comparó con una previsión mediana del mercado de un aumento del 2,8%.

El llamado índice "subyacente básico", que excluye los alimentos frescos y los costes energéticos, subió un 3,2% en febrero respecto al año anterior, tras haber ganado un 3,5% en enero, según mostraron los datos. Marcó la subida interanual más lenta desde enero de 2023.

La inflación subyacente al consumo ha superado el objetivo del 2% del Banco de Japón desde abril de 2022, impulsada inicialmente por una oleada de subidas de precios de las empresas que trasladaron el aumento de los costes de las materias primas a los hogares.

El banco central ha descrito su decisión de poner fin a los tipos negativos el martes como impulsada por los signos de que la robusta demanda y las perspectivas de salarios más altos estaban empujando a las empresas a seguir subiendo los precios no sólo de los bienes sino también de los servicios.

El gobernador del BOJ, Kazuo Ueda, dijo el martes que el banco central podría volver a subir los tipos si la inflación supera las expectativas o si los riesgos al alza de las perspectivas de los precios aumentan significativamente.

La economía japonesa se expandió un 0,4% anualizado en el último trimestre del año pasado, evitando por poco una recesión técnica, ya que el fuerte gasto de capital compensó la debilidad del consumo.

Pero el Banco de Japón revisó a la baja su evaluación económica el martes y advirtió de signos débiles en el consumo y la producción, lo que arroja dudas sobre la fortaleza de la recuperación de Japón. (Reportaje de Leika Kihara. Edición de Sam Holmes.)