El mercado laboral, en particular, "ha experimentado un reequilibrio sustancial", con una moderación del crecimiento salarial y unas medidas de la demanda de trabajadores que se aproximan a los niveles anteriores a la pandemia, dijo Kugler en unas declaraciones preparadas para ser pronunciadas en un seminario de la Asociación Nacional de Economía Empresarial.
"Este continuo reequilibrio sugiere que la inflación seguirá bajando hacia nuestro objetivo del 2%", dijo Kugler. "Si las condiciones económicas siguen evolucionando de esta manera favorable, con una desinflación más rápida, como evidencian los datos de inflación de los últimos tres meses, y el empleo suavizándose pero manteniéndose resistente, como se ha visto en los últimos informes de empleo, preveo que será apropiado empezar a relajar la política monetaria a finales de este año."
Kugler no especificó cuándo podrían bajar los tipos, pero sus comentarios son coherentes con una sensación en desarrollo de que la Fed sentará las bases para recortar los tipos en su reunión de política monetaria del 30-31 de julio, y probablemente empezará a reducir los costes de endeudamiento en su reunión del 17-18 de septiembre. Los inversores dan actualmente más de un 90% de probabilidad a ese resultado.
"A pesar de algunos baches a principios de año, la inflación ha seguido una tendencia a la baja en todas las categorías de precios", dijo Kugler, y el índice de precios al consumo descendió de hecho de mayo a junio.
"La oferta y la demanda se están equilibrando gradualmente. Los cuellos de botella de la oferta siguen curándose y la demanda se ha moderado", afirmó.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, también ha dicho que los datos recientes han aumentado la confianza en que la inflación descenderá hasta el objetivo del 2% desde su nivel actual, alrededor de medio punto porcentual por encima de esa marca.
La mayor parte de las observaciones de Kugler versaron sobre los retos de la medición económica, en particular durante la pandemia del COVID-19, cuando los datos oficiales del gobierno a menudo iban con retraso respecto a la evolución de la economía y no estaban sincronizados con el ritmo al que los responsables políticos de la Reserva Federal y otros funcionarios tomaban decisiones. (Reportaje de Howard Schneider; Edición de Paul Simao)
