El dólar australiano se estabilizó el martes mientras China ponía un puntal bajo su yuan, mientras que su homólogo neozelandés parecía mucho más inestable después de que la pérdida de un importante soporte gráfico lo llevara a un mínimo de cuatro meses.

El dólar australiano se fortaleció hasta los 0,6549 $, tras rebotar desde los 0,6510 $ de la sesión anterior. Ahora se enfrenta a capas de resistencia en torno a los 0,6577 $ y los 0,6637 $.

El dólar kiwi se situó precariamente en los 0,6008 $, tras haber llegado a los 0,5986 $ durante la noche. La ruptura del soporte de la semana pasada en 0,6040 $ ha convertido las perspectivas técnicas en bajistas para un retroceso hasta 0,5940 $ y 0,5863 $.

El dólar australiano se vio impulsado por el hecho de que Pekín estableciera otro punto fijo firme para el yuan y de que se hablara de que los bancos estatales chinos han estado vendiendo dólares para apuntalar la divisa.

El australiano se ha visto presionado como sustituto líquido del yuan en medio de las especulaciones de que Pekín estaba dispuesta a dejar que la divisa se debilitara como forma de estímulo.

Ray Attrill, jefe de estrategia de divisas de NAB, sospecha que Pekín está preocupado por la pérdida de competitividad frente a Japón, ya que el yuan alcanzó la semana pasada un máximo de 30 años frente al yen.

"La sensibilidad de China hacia el tipo de cambio CNY/JPY tiene sentido en el contexto de que Pekín no desea regalar a Japón una ventaja competitiva en las numerosas áreas en las que China y Japón compiten en los mercados mundiales", afirmó Attrill.

"A menos o hasta que el tipo de cambio USD/JPY se estabilice y al hacerlo ayude a poner un tope al CNY/JPY... el AUD/USD es vulnerable a bajar al menos a la zona de 0,63-0,64 dólares".

Los datos australianos publicados el martes mostraron que los consumidores no estaban contentos con la decisión del Banco de la Reserva de Australia (RBA) de la semana pasada de mantener los tipos en el 4,35% y mantener abierta la puerta a nuevas subidas, aunque suavizó el sesgo.

Las perspectivas de la política monetaria podrían aclararse un poco más en función del resultado de las cifras de precios al consumo que se publicarán el miércoles, donde las previsiones apuntan a un ligero repunte de la inflación anual hasta el 3,5% en febrero.

"Esperamos un repunte hasta el 3,8%, ya que este mes se imputan menos componentes", señalaron los analistas de CBA en una nota. "Seguimos esperando una gran contribución del componente de la vivienda a través de los fuertes alquileres, los elevados costes de las nuevas viviendas y la reversión de las rebajas de la electricidad".

"El fin de los descuentos estacionales de bienes y el encarecimiento de los carburantes también contribuirán al alza. La compensación, sin embargo, será una caída estacional de los precios de los viajes de vacaciones". (Reportaje de Wayne Cole)