El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, se reunirá el jueves en Shanghai con líderes empresariales en un momento en que los lazos entre Washington y Pekín se estabilizan, presionando para resolver una serie de cuestiones que amenazan el recién conseguido equilibrio entre los rivales.

La visita de Blinken es el último contacto de alto nivel entre las dos naciones que, junto con los grupos de trabajo sobre temas que van desde el comercio mundial a la comunicación militar, han atemperado la acritud pública que llevó las relaciones a mínimos históricos a principios del año pasado.

Pero Washington y Pekín no han avanzado mucho en lo que respecta a frenar el suministro chino de sustancias químicas utilizadas para fabricar fentanilo, el Mar de China Meridional sigue siendo un punto álgido y las tensiones crecen por el respaldo chino a Rusia en su guerra de Ucrania.

Blinken, en una breve declaración en vídeo publicada en X con el horizonte de Shanghái de fondo a última hora del miércoles, dijo que frenar el flujo de productos químicos utilizados para fabricar fentanilo a EE.UU. desde China era uno de los varios asuntos en los que estaba en China para trabajar.

Además de con líderes empresariales, Blinken también se reunirá con funcionarios locales y estudiantes antes de dirigirse a Pekín para mantener conversaciones el viernes con su homólogo, el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi, y una probable reunión con el presidente Xi Jinping.

Blinken también asistió a un partido de baloncesto y cenó en un restaurante de bollos al vapor el miércoles por la noche con el embajador estadounidense Nicholas Burns, subrayando la importancia que tiene para Estados Unidos reconstruir las conexiones personales con el pueblo chino.

"La diplomacia cara a cara importa", dijo Blinken en el breve clip publicado en X. "Es importante para evitar malentendidos y percepciones erróneas, y para promover los intereses del pueblo estadounidense".

Blinken presionará a China para que impida que sus empresas reequipen y reabastezcan la base industrial de defensa rusa. Moscú invadió Ucrania en febrero de 2022, apenas unos días después de acordar una asociación "sin límites" con Pekín, y aunque China se ha mantenido al margen del suministro de armas, los funcionarios estadounidenses advierten de que las empresas chinas están enviando tecnología de doble uso que ayuda al esfuerzo bélico de Rusia.

Un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores chino citado por la agencia estatal de noticias Xinhua a principios de esta semana dijo que las relaciones "han mostrado una tendencia a detener el declive y estabilizarse" desde que Biden y Xi se reunieron en San Francisco en noviembre.

Pero el funcionario criticó lo que llamó la "obstinada estrategia de Washington de contener a China, y sus palabras y hechos erróneos de interferir en los asuntos internos de China, empañando la imagen de China y socavando los intereses de China". (Reportaje de Simon Lewis; Redacción de Antoni Slodkowski; Edición de Christopher Cushing)