La reunión de abril de los ministros del clima del G7 acordó finalmente, a pesar de las disputas entre Japón y las naciones europeas, que las inversiones en gas "pueden ser apropiadas para ayudar a hacer frente a los posibles déficits del mercado" tras la invasión rusa de Ucrania y la perturbación que ha causado en los mercados energéticos mundiales.

La declaración de los líderes del G7 del sábado en su cumbre en la ciudad japonesa de Hiroshima cambió el lenguaje -formulado finalmente por Alemania, según las fuentes- para incluir de nuevo las inversiones en gas, afirmando el G7 que era "necesario acelerar la eliminación de nuestra dependencia de la energía rusa".

"Subrayamos el importante papel que puede desempeñar el aumento de las entregas de GNL (gas natural licuado), y reconocemos que la inversión en el sector puede ser apropiada como respuesta a la crisis actual y para hacer frente a los posibles déficits del mercado del gas provocados por la crisis", decía la declaración.

La eliminación progresiva también se basaría en "el ahorro de energía y la reducción de la demanda de gas", en línea con los objetivos climáticos de París y la aceleración del desarrollo de las energías renovables, según el documento, que califica a las energías limpias como un medio de seguridad energética.

"Frente a la urgente necesidad de eliminar progresivamente los combustibles fósiles, lo que los líderes han puesto sobre la mesa representa un respaldo al nuevo gas fósil", declaró en un comunicado Tracy Carty, experta en política climática mundial de Greenpeace Internacional.

DEFENSA DE LA POSTURA

Funcionarios del gobierno alemán rechazaron esas críticas y afirmaron que se necesitan inversiones para alejarse del gas ruso y encontrar un sustituto.

"También necesitamos algunas centrales de gas nuevas, pero deben construirse de forma que más adelante puedan funcionar también con hidrógeno verde. Así que también es una inversión en el futuro limpio", declaró un funcionario del gobierno alemán.

Japón considera el GNL como un combustible de transición hacia una economía más ecológica y Alemania, que en su día fue el principal comprador de gas de Moscú, ha tenido que aumentar su inversión en infraestructuras gasísticas después de que la invasión rusa de Ucrania provocara cortes en el suministro.

"En la circunstancia excepcional de acelerar la eliminación de nuestra dependencia de la energía rusa, la inversión con apoyo público en el sector del gas puede ser apropiada como respuesta temporal", decía el comunicado del sábado.

Sin aclarar qué significaba "temporal", el documento decía que tales inversiones deberían estar en línea con los objetivos climáticos e integrarse en el desarrollo de hidrógeno bajo en carbono y renovable.

El G7 se comprometió a alcanzar un objetivo de emisiones netas cero para 2050 y a limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.

"Nos ceñimos a nuestros objetivos en 2030 y 2045. Así que si quemamos más carbón o gas ahora, tendremos que producir menos CO2 en los años venideros", dijo el funcionario del gobierno alemán.

Max Lawson, responsable de política de desigualdad del grupo activista Oxfam, dijo que el G7 había mantenido un resquicio para nuevas inversiones en gas fósil utilizando el conflicto militar ruso con Ucrania "como excusa".

"Intentan culpar a todos los demás - ellos mismos están muy lejos de contribuir con su parte justa de lo necesario para alcanzar este objetivo", afirmó en un comunicado.