Polonia decidió la semana pasada ampliar una prohibición a las importaciones de grano ucraniano, sacudiendo la relación de Kiev con un vecino que había sido visto como uno de sus aliados más firmes desde que Rusia invadió Ucrania en febrero del año pasado.

"No tengo ninguna duda de que la disputa sobre el suministro de grano de Ucrania al mercado polaco es un fragmento absoluto de todas las relaciones entre Polonia y Ucrania", declaró el presidente Andrzej Duda en una conferencia empresarial.

"No creo que pueda tener un impacto significativo en ellas, así que tenemos que resolver este asunto entre nosotros".

Eslovaquia, Polonia y Hungría impusieron restricciones nacionales a las importaciones de grano ucraniano después de que el ejecutivo de la Unión Europea decidiera no ampliar su prohibición a las importaciones en esos países y en los también miembros del bloque Bulgaria y Rumanía.

Estos países han argumentado que los productos agrícolas ucranianos baratos -destinados principalmente a transitar más al oeste y a los puertos- se venden localmente, perjudicando a sus propios agricultores. La UE, que impuso su prohibición en mayo, la dejó expirar el viernes después de que Ucrania prometiera reforzar los controles.

El presidente Volodymyr Zelenskiy enfureció a sus vecinos cuando declaró ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que Kiev estaba trabajando para preservar las rutas terrestres para las exportaciones de grano, pero que el "teatro político" en torno a las importaciones de grano sólo estaba ayudando a Moscú.

Se esperaba que Duda se reuniera con Zelenskiy en Nueva York, pero tal encuentro no tuvo lugar. Preguntado al respecto en una entrevista con la cadena privada TVN24 el jueves, dijo que "el ambiente se ha vuelto tenso" y que se sentía amargado por las palabras de Zelenskiy.

Sin embargo, también dijo que "por supuesto" seguían siendo amigos y que esperaba hablar cara a cara con Zelenskiy en cuanto surgiera la oportunidad.