El sector inmobiliario sólo plantea un riesgo sistémico moderado para la mayoría de los bancos europeos, ya que sólo tienen una exposición modesta al mismo en sus carteras de préstamos, aunque Suecia y Alemania son casos atípicos, según afirma S&P Global Ratings en un informe publicado el martes.

En su informe sobre las condiciones crediticias del 3T23, la agencia de calificación dijo que las perspectivas para algunas partes del mercado inmobiliario eran malas, dado que se espera que las condiciones de financiación en Europa sigan endureciéndose a medida que los bancos centrales suban los tipos para atajar la inflación.

"Las perspectivas para los segmentos clave dentro del sector inmobiliario europeo son malas, aunque sólo suponen un riesgo sistémico moderado, en nuestra opinión, dado el papel y la fortaleza de los grandes bancos europeos", afirmó S&P.

Aunque las economías, los hogares y las empresas europeas han demostrado ser bastante resistentes ante el ciclo de endurecimiento más rápido desde la crisis financiera mundial, se avecinan riesgos crediticios a medida que el impacto retardado de una inflación obstinadamente elevada y de unos tipos de interés más altos pase factura, añadió.

En el sector inmobiliario, las oficinas, sobre todo en ubicaciones no preferentes, y la logística son más vulnerables, mientras que en el sector residencial, S&P prevé más presión en los países con una elevada proporción de hipotecas a tipo variable y donde la subida de los tipos de interés es mayor, como Suecia.

Sin embargo, es poco probable que las carteras de hipotecas residenciales sean una fuente importante de pérdidas crediticias para los bancos europeos, dada la relativa fortaleza de las finanzas de los hogares y de los mercados laborales, así como las estrictas normas reguladoras de los préstamos hipotecarios.

De cara al futuro, S&P ve como principales riesgos un crecimiento económico frágil; una posible escalada y ampliación del conflicto entre Ucrania y Rusia; y unos tipos de interés más altos, agravados por un acceso limitado a la financiación, en particular para las empresas de menor calificación, en un momento en que los bancos endurecen sus normas de concesión de préstamos y los bancos centrales retiran liquidez de los mercados de renta fija.

En su caso base, la firma prevé que la actividad económica de la eurozona se contraiga hacia finales de año, a medida que se desvanece el efecto de la recuperación posterior a la pandemia y se dejan sentir los tipos más altos, lo que probablemente frenará la demanda. (Reportaje de Chiara Elisei; Edición de Amanda Cooper)