Moscú reconoció las regiones escindidas de Osetia del Sur y Abjasia como independientes tras librar una guerra con Georgia en 2008. Estacionó miles de tropas en ambas regiones y les ha proporcionado un amplio apoyo financiero.

La agencia de noticias TASS citó al ministro de Asuntos Exteriores de Georgia, David Zalkaliani, diciendo: "Por supuesto que hablar de celebrar cualquier tipo de referéndum (en Osetia del Sur) es inaceptable... cuando este territorio en Georgia está ocupado".

Un legislador del partido gobernante Sueño Georgiano, Beka Davituliani, dijo que los planes de Osetia del Sur equivalían a una provocación, informó la agencia de noticias Interfax.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas que no podía opinar sobre los planes de Osetia del Sur.

"No se ha tomado ninguna medida legal o de otro tipo al respecto", dijo. "Pero al mismo tiempo tratamos con respeto la expresión de la opinión del pueblo de Osetia del Sur".

Washington, que ha rechazado lo que llama la ocupación rusa de partes de Georgia desde 2008, no reconocería los resultados de ningún intento "por parte de Rusia o de sus apoderados" de dividir Georgia, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

"Ni las autoridades de facto ni el gobierno ruso tienen derecho a tomar decisiones sobre el futuro de Osetia del Sur, que es parte de Georgia", dijo Price a los periodistas en una rueda de prensa, estableciendo un paralelismo con la anexión rusa de Crimea de Ucrania en 2014 y el reconocimiento de las regiones secesionistas del este de Ucrania antes de su invasión del 24 de febrero.

La otra región secesionista de Georgia, Abjasia, en la costa del Mar Negro, dijo que apoyaba las aspiraciones de Osetia del Sur pero que no compartía su objetivo de unirse a Rusia.

Moscú ha utilizado el reconocimiento diplomático como instrumento para mantener una presencia armada en las regiones escindidas de la antigua Unión Soviética que considera parte de su esfera de influencia.

En Ucrania, el apoyo que Rusia presta desde hace tiempo a los separatistas armados de las regiones orientales de Donetsk y Luhansk le dio una plataforma para invadirlas. Moscú califica su acción militar en Ucrania de "operación especial" y Occidente la condena como una guerra no provocada.