La inflación en Rusia se ha acelerado bruscamente en las últimas semanas, ya que la caída del rublo a un mínimo histórico impulsó la demanda de una amplia gama de bienes, desde los alimentos básicos hasta los coches, ante la expectativa de que sus precios suban aún más.

En febrero, la inflación anual en Rusia se situó en el 9,15%.

La inflación semanal en Rusia se ralentizó hasta el 1,16% en la semana hasta el 25 de marzo, desde el 1,93% de la semana anterior, con lo que el aumento de los precios al consumo en lo que va de año se sitúa en el 8,91%, según mostraron el miércoles los datos del servicio de estadísticas Rosstat.

En esa semana, los precios de casi todo, desde los alimentos para bebés hasta los productos farmacéuticos, siguieron subiendo, pero a un ritmo más lento que en las semanas anteriores.

El banco central, que tiene como objetivo una inflación anual del 4%, mantuvo su tipo de interés clave en el 20% en marzo y advirtió de un inminente repunte de la inflación y de una inminente contracción económica.