Putin, que ha presentado la guerra de Rusia en Ucrania como parte de un esfuerzo histórico para hacer frente a lo que él dice que es una excesiva influencia de Occidente en los asuntos mundiales, hizo estos comentarios durante una visita a Tula, un centro de fabricación de armas.

"La tarea clave más importante de nuestro complejo militar-industrial es suministrar a nuestras unidades y fuerzas de primera línea todo lo que necesitan: armas, equipos, municiones y pertrechos en las cantidades necesarias y con la calidad adecuada en los plazos más breves posibles", dijo Putin.

"También es importante perfeccionar y mejorar significativamente las características técnicas de las armas y equipos de nuestros combatientes basándonos en la experiencia de combate que hemos adquirido".

Putin dijo esta semana que el ejército ruso tenía que aprender de los problemas que había sufrido en Ucrania y solucionarlos, y prometió darle todo lo que necesitara para proseguir una guerra que está a punto de cumplir 10 meses.

Desde que decenas de miles de tropas rusas irrumpieron en Ucrania el 24 de febrero en lo que Putin denominó "una operación militar especial", Moscú ha cedido alrededor de la mitad del territorio del que se apoderó inicialmente.

Ha perdido o abandonado importantes cantidades de material militar y, según funcionarios estadounidenses, ha sufrido decenas de miles de bajas.

Putin ha reconocido que una campaña de movilización para sumar unos 300.000 soldados no salió según lo previsto y ha ordenado que se subsanen urgentemente las carencias, que en ocasiones han incluido la falta de equipamiento básico y de adiestramiento.

Sin embargo, Rusia sigue controlando una parte importante de Ucrania y Putin ha dicho que Moscú prevalecerá a pesar de la feroz resistencia ucraniana y de que Kiev recibe miles de millones de dólares en armas occidentales junto con inteligencia militar y otras ayudas.

Declaró esta semana que el Estado garantizaría la satisfacción de las necesidades del ejército, "sin restricciones de financiación", pero dijo que no había necesidad de "militarizar" la economía.

El viernes, dijo a los jefes de la industria de defensa que quería escuchar sus propuestas sobre cómo solucionar problemas no especificados y que quería que los especialistas de la industria de defensa trabajaran directamente con las fuerzas de primera línea para perfeccionar las armas y el material de forma regular.

La industria de defensa se encuentra bajo presión para que cumpla.

Un dirigente sindical de la región de los Urales declaró la semana pasada a la agencia de noticias TASS que las empresas implicadas allí en pedidos de defensa habían pasado a una semana de seis días con trabajadores en turnos de hasta 12 horas.

El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, visitó el viernes la fábrica de armas Kalashnikov de Izhevsk y dijo a su director que el Estado "aumentaría significativamente" los pedidos de la planta el año que viene, según informó el canal de noticias militares Zvezda.