Un informe de la ONU sobre el incidente fue publicado después de una investigación de meses sobre el ataque, que los grupos de derechos humanos dicen que es la peor atrocidad en un conflicto de 10 años entre grupos islamistas y el ejército en el que miles han muerto y millones han sido desplazados.

"Se trata de conclusiones extremadamente inquietantes", declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk. "Las ejecuciones sumarias, las violaciones y las torturas durante los conflictos armados equivalen a crímenes de guerra y podrían, según las circunstancias, equivaler a crímenes contra la humanidad".

El gobierno militar de Malí no respondió de inmediato a una solicitud de Reuters para hacer comentarios. Anteriormente ha dicho que en Moura murieron combatientes islamistas, no civiles.

El informe se basó en entrevistas con víctimas y testigos en el país de África Occidental, así como en imágenes forenses y de satélite. Un equipo de investigación obtuvo los nombres de al menos 238 víctimas, según las Naciones Unidas.

Según el informe, soldados malienses y "hombres blancos armados" que hablaban un idioma desconocido para la población local descendieron en helicópteros y abrieron fuego contra los residentes que huían. Durante cinco días acorralaron a los residentes, muchos de los cuales fueron tiroteados y arrojados a zanjas.

Los países occidentales han expresado su preocupación por las actividades del contratista militar privado ruso Wagner Group en Malí, incluidas las acusaciones de su papel en los asesinatos de civiles en Moura.

Mali, cuyos líderes tomaron el poder en un golpe de estado en 2021, y Rusia han mantenido previamente que las fuerzas rusas allí no son mercenarios sino entrenadores que ayudan a las tropas locales con equipamiento comprado a Rusia.

Los hallazgos respaldan lo que Reuters informó en su momento.