Ruzinsky era comandante del 11º Cuerpo de Ejército de la Flota rusa del Báltico, que cruzó a Ucrania a principios de 2022 y tomó el control de una cadena de ciudades al sur de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania.

El SBU dijo en un comunicado que había notificado a Ruzinsky, que se encuentra en suelo ruso, que era sospechoso de participar en una conspiración para llevar a cabo actos de agresión militar.

Decía que había ordenado ataques con armamento pesado contra zonas pobladas y que había dado órdenes al comandante militar de la ciudad de Balakliia, donde hubo múltiples casos de civiles detenidos y torturados, según funcionarios y residentes ucranianos.

Rusia se retiró de la zona en septiembre del año pasado.

Reuters no pudo contactar con Ruzinsky a través de los números de teléfono que figuran a su nombre. El Ministerio de Defensa ruso no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El Kremlin ha negado en repetidas ocasiones los informes que indican que sus tropas cometieron crímenes de guerra o atacaron a civiles.

En un Informe Especial publicado el pasado mes de octubre, Reuters reveló cómo soldados del 11º Cuerpo de Ejército ocuparon la zona de Balakliia, en la región de Kharkiv, en el noreste de Ucrania.

El informe, basado en un alijo de documentos militares rusos descubiertos en un búnker de mando abandonado, nombraba a Ruzinsky como parte de la cadena de mando que supervisaba la fuerza rusa allí.

En el mismo alijo, Reuters también encontró cuatro documentos que identificaban a Ruzinsky como comandante de la agrupación militar de Balakliia, además de su papel como jefe del 11º Cuerpo de Ejército.

Se trataba de un certificado firmado felicitando a un subordinado por su cumpleaños y de tres documentos impresos, con el nombre y el cargo de Ruzinsky en la parte superior de la página, en los que se daban instrucciones sobre los indicativos de radio que debía utilizar la agrupación de Balakliia.

Más tarde, el año pasado, Ruzinsky entregó el mando de la agrupación de Balakliia a uno de sus subordinados, el coronel Ivan Popov, según mostraban los documentos.

En otro artículo del mes pasado, Reuters identificó al comandante que se había encargado de vigilar a la población civil durante los seis meses de ocupación rusa de Balakliia. El hombre, que respondía al indicativo de "Granit", es Valery Buslov, policía militar ruso de la Flota del Báltico.

Tras el informe de Reuters, el SBU anunció este mes que se había notificado a Buslov la sospecha de que había violado las leyes y costumbres de la guerra. La agencia dijo que Buslov organizó la "detención ilegal de residentes locales" en Balakliia.

Dijo que los investigadores encontraron pruebas de que interrogó personalmente a los detenidos y utilizó "violencia psicológica y física" contra ellos, incluso amenazándoles con el asesinato y la deportación forzosa de sus familiares a Rusia.

Cuando Reuters se puso en contacto telefónico con Buslov dentro de Rusia el mes pasado, éste negó haber estado en Balakliia.