El informe afirmaba que los investigadores de la Universidad de Yale habían identificado al menos 43 campos y otras instalaciones donde se ha retenido a niños ucranianos que formaban parte de una "red sistemática a gran escala" operada por Moscú desde su invasión de Ucrania en febrero de 2022.

Entre los niños se encontraban los que tenían padres o una tutela familiar clara, los que Rusia consideraba huérfanos, otros que estaban al cuidado de instituciones estatales ucranianas antes de la invasión y aquellos cuya custodia no estaba clara o era incierta debido a la guerra, según el informe.

"El objetivo principal de las instalaciones de los campos que hemos identificado parece ser la reeducación política", declaró Nathaniel Raymond, uno de los investigadores, en una reunión informativa con los periodistas.

Algunos de los niños fueron trasladados a través del sistema y adoptados por familias rusas, o trasladados a hogares de acogida en Rusia, según el informe.

El niño más joven identificado en el programa ruso tenía sólo cuatro meses, y algunos campamentos estaban dando entrenamiento militar a niños de tan sólo 14 años, dijo Raymond, añadiendo que los investigadores no habían encontrado pruebas de que esos niños fueran desplegados posteriormente en combate.

Reuters no pudo ponerse inmediatamente en contacto con funcionarios rusos para obtener sus comentarios.

Moscú ha negado haber atacado intencionadamente a civiles en lo que denomina una "operación militar especial" en Ucrania, y ha rebatido anteriores afirmaciones de que había trasladado por la fuerza a ucranianos.

El informe fue el último elaborado por el Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale como parte de un proyecto respaldado por el Departamento de Estado que ha examinado las violaciones de los derechos humanos y los crímenes de guerra presuntamente cometidos por Rusia.

"Lo que se documenta en este informe es una clara violación de la 4ª Convención de Ginebra", el acuerdo que protege a los civiles en tiempos de guerra, afirmó Raymond. Dijo que también podría ser una prueba de que Rusia ha cometido genocidio durante su guerra en Ucrania, ya que el traslado de niños con el fin de cambiar, alterar o eliminar la identidad nacional puede constituir un acto componente del delito de genocidio.

"Esta red se extiende de un extremo a otro de Rusia", afirmó, y añadió que los investigadores creen que el número de instalaciones en las que se ha retenido a niños ucranianos supera las 43.