Kemal Kilicdaroglu, el candidato de una alianza opositora de seis partidos, obtuvo un 45% de apoyo en la votación del domingo, mientras que Erdogan obtuvo un 49,5%, quedándose justo por debajo de la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta de unos comicios vistos como un referéndum sobre su gobierno autocrático.

Los activos turcos se debilitaron por segundo día consecutivo, especialmente los bonos del Estado y corporativos y las acciones bancarias, ya que los inversores apostaban a que Erdogan ganaría otro mandato de cinco años y continuaría con sus políticas económicas poco ortodoxas.

Sin embargo, Kilicdaroglu, de 74 años, trató de reanimar a sus partidarios, muchos ahora abatidos, dando un giro positivo al resultado.

"De las urnas ha surgido un mensaje de cambio. Los que quieren el cambio en este país son ahora más que los que no lo quieren", dijo Kilicdaroglu, refiriéndose a que Erdogan no alcanzó el 50%, en una serie de tuits dirigidos a "queridos jóvenes".

En unas elecciones parlamentarias celebradas simultáneamente, el Partido AK de Erdogan y sus socios nacionalistas e islamistas obtuvieron 322 de los 600 escaños del nuevo parlamento, logrando una mayoría que le permitirá argumentar que votar por él garantizará la estabilidad.

'TÚNEL OSCURO

Kilicdaroglu apeló a los jóvenes votantes con referencias a la crisis del coste de la vida, que en Turquía se ha visto muy agravada por la insistencia de Erdogan en recortar los tipos de interés, lo que ha provocado una fuerte caída de la lira y una inflación galopante.

"No tienes dinero suficiente para nada", dijo. "Te han quitado la alegría de vivir. Mientras que la juventud debería estar libre de preocupaciones".

"No volveréis a recuperar vuestra juventud. Tenemos 12 días para salir de este oscuro túnel...", añadió Kilicdaroglu.

Kilicdaroglu ha prometido reavivar la democracia tras años de represión estatal, volver a las políticas económicas ortodoxas, dar poder a las instituciones que perdieron autonomía bajo Erdogan y reconstruir los deshilachados lazos con Occidente.

La votación está siendo seguida de cerca en Washington, Europa y en toda la región, donde Erdogan ha reafirmado el poder turco. También ha estrechado lazos con Rusia, lo que ha puesto en tensión la tradicional alianza de Ankara con Estados Unidos.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, pidió el martes a Turquía que solucionara las deficiencias de su proceso electoral detectadas por los observadores europeos.

En la votación presidencial del domingo, el candidato nacionalista Sinan Ogan quedó tercero con un 5,2% de apoyo y ahora habrá mucha atención puesta en cómo votarán sus partidarios el 28 de mayo.

En un posible espaldarazo a Erdogan, Ogan dijo a Reuters en una entrevista el lunes que sólo apoyaría a Kilicdaroglu en la segunda vuelta si éste descartaba cualquier concesión a un partido prokurdo, el tercero más grande del parlamento.

Ese partido, el HDP, respalda a Kilicdaroglu pero se le acusa de vínculos con militantes kurdos, algo que niega.

Los sondeos de opinión habían mostrado a Erdogan, de 69 años, por detrás de Kilicdaroglu, pero el resultado del domingo sugirió que él y su Partido AK, de raíz islamista, fueron capaces de aglutinar a los votantes conservadores a pesar de los problemas económicos de Turquía.

Kilicdaroglu y su alianza quieren restaurar un sistema parlamentario de gobierno y desechar la poderosa presidencia ejecutiva introducida por Erdogan.

El AKP quedó en primer lugar en la votación parlamentaria del domingo con 267 legisladores, seguido por el CHP laicista de Kilicdaroglu con 169 y el partido pro kurdo con 61.

La perspectiva de cinco años más de gobierno de Erdogan disgustará a los activistas de los derechos civiles que hacen campaña a favor de reformas para deshacer el daño que dicen que ha hecho a la democracia de Turquía. Él dice que respeta la democracia.

Miles de presos políticos y activistas podrían ser liberados si la oposición se impone.