Estados Unidos y sus aliados, incluido Japón, han estado reforzando sus ejércitos para contrarrestar lo que consideran una creciente amenaza de China en zonas como la concurrida vía fluvial del Mar de China Meridional y alrededor de Taiwán.

En la cumbre de esta semana en Washington, los tres líderes discutieron las agresivas acciones de China en el disputado Mar de China Meridional, además de desvelar una amplia gama de pactos para impulsar la seguridad y los lazos económicos.

"Deploramos y nos oponemos firmemente a los comentarios", declaró un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, en una rueda de prensa regular.

China se opone firmemente a la política de pequeños grupos de estos países y a cualquier acto que instigue y aumente la tensión, añadió.

"China se opone a la formación de círculos exclusivos en la región", dijo Mao.

Un funcionario del ministerio, Liu Jinsong, se reunió con un funcionario de la embajada japonesa, Akira Yokochi, para hacer "representaciones solemnes" sobre los comentarios negativos, dijo el ministerio en un comunicado, expresando la seria preocupación y el fuerte descontento de China.

El presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, habían expuesto una serie de proyectos, desde el codesarrollo de misiles hasta alunizajes tripulados, al tiempo que condenaban el comportamiento escalador de China en la región del Mar de China Meridional.

Ambos anunciaron también planes para mejorar su alianza militar, incluido el mando militar estadounidense en Japón y un mayor desarrollo conjunto de equipos de defensa.

En una cumbre separada con el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., Biden advirtió de las maniobras de Pekín en el Mar de China Meridional.