Las acciones asiáticas cayeron en números rojos el lunes, mientras las acciones chinas ampliaban su reciente retroceso y los inversores se preparaban para los datos de inflación de EE.UU. y una temporada de informes corporativos en la que se necesitan resultados sólidos para justificar las altas valoraciones.

Las tensiones geopolíticas también estuvieron en el radar, ya que las interrupciones en el Mar Rojo elevaron los costes del transporte marítimo en Europa, mientras que el conflicto israelí con Hamás amenazaba con extenderse al Líbano.

Hubo noticias más prometedoras procedentes de Washington, donde los líderes del Congreso estadounidense acordaron un acuerdo de gasto de 1,6 billones de dólares destinado a evitar un cierre parcial del gobierno.

Las ganancias iniciales se borraron rápidamente y el índice MSCI más amplio de acciones de Asia-Pacífico fuera de Japón perdió otro 0,84%, tras retroceder un 2,5% la semana pasada.

Las acciones y la divisa de Tailandia cayeron después de que el primer ministro del país dijera que hablaría con el gobernador del banco central sobre la posibilidad de recortar los tipos.

El Nikkei japonés estaba cerrado por festivo, pero los futuros cotizaban a 33.400, frente al cierre al contado del viernes de 33.377. El índice se ha visto apuntalado por la caída del yen mientras el dólar disfrutaba de un amplio rebote.

Los blue chips chinos perdieron un 1,1% y se situaron cerca de mínimos de cinco años, tras haber caído casi un 3% la semana pasada.

El mal humor se extendió a los futuros del EUROSTOXX 50, que cayeron un 0,2%, al igual que los futuros del FTSE. Los futuros del S&P 500 y del Nasdaq bajaron alrededor de un 0,1%.

El S&P 500 perdió un 1,5% la semana pasada y rompió una racha de nueve semanas de ganancias, que había sido la más larga desde 1989. El repunte del 24% del índice el año pasado hace que las valoraciones parezcan un poco estiradas, por lo que mucho depende de la temporada de resultados.

Los principales bancos, entre ellos JPMorgan Chase y Citigroup < C.N kick>, inician el viernes el ajetreo de presentación de informes con las esperanzas puestas en unos beneficios optimistas.

Las previsiones de consenso apuntan a que los beneficios del S&P 500 aumentaron un 3% en el año, y Goldman Sachs ve riesgos de un resultado aún mayor.

"El listón de cara a los resultados del cuarto trimestre es más alto que en los últimos trimestres, pero esperamos que las empresas del S&P 500 superen en conjunto las previsiones de los analistas", afirma Goldman en una nota.

"Nuestra previsión de referencia para 2024 es que el BPA del S&P 500 aumente un 5% interanual, y vemos un potencial alcista derivado de un mayor crecimiento económico en EE.UU., unos tipos de interés más bajos y un dólar más débil".

OJO AL IPC

Los futuros están poniendo en precio alrededor de 136 puntos básicos de recortes de tipos en EE.UU. el próximo año, en comparación con el gráfico de puntos de la Reserva Federal de 75 puntos básicos.

La probabilidad de que se produzca un movimiento ya en marzo se ha recortado un poco hasta un todavía elevado 64%, y es probable que vuelva a cambiar en función del informe de precios al consumo de EE.UU. del jueves.

Las previsiones apuntan a una subida del IPC subyacente del 0,2% en diciembre, lo que situaría la inflación anual en el 3,8% y en su nivel más bajo desde mediados de 2021.

Los analistas de TD Securities se inclinan por un aumento de sólo el 0,1% gracias a un gran arrastre de los precios de los coches usados y a la ralentización de los alquileres.

Esta semana hay al menos cuatro oradores de la Fed en la agenda para ofrecer sus perspectivas, siendo probablemente el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, el más influyente.

Esta semana también se publicarán los datos de inflación de China y Tokio, y los analistas esperan que la deflación se suavice un poco en China.

En los mercados de divisas, el dólar cedió una pizca de sus recientes ganancias y se situó en 144,37 yenes, tras haber subido un 2,5% la semana pasada desde 140,80.

El euro se mantuvo casi plano en 1,0936 dólares, tras caer un 0,9% la semana pasada.

El repunte del dólar fue un viento en contra para el oro, que retrocedió un 0,5% hasta los 2.036 dólares la onza.

Los precios del petróleo se deshicieron de las ganancias iniciales para girar a la baja, ya que los recortes de precios de Arabia Saudí contrarrestaron el riesgo de interrupciones del suministro en el Mar Rojo.

El Brent cedió 83 centavos hasta los 77,93 dólares por barril, mientras que el crudo estadounidense cayó 84 centavos hasta los 72,97 dólares por barril.