Los dividendos suelen distribuirse periódicamente (trimestral, semestral o anualmente) y proporcionan a los accionistas ingresos pasivos. 

Los dividendos desempeñan un papel importante en la generación de rendimientos bursátiles totales. Desde 1926, los dividendos han aportado alrededor del 32% de la rentabilidad total del S&P 500, mientras que la revalorización del capital ha contribuido en un 68%. Por lo tanto, los ingresos sostenibles por dividendos y el potencial de revalorización del capital son factores importantes en las expectativas de rentabilidad total. 

Algunas empresas se denominan "acciones de dividendos" porque pagan un dividendo relativamente alto en relación con el precio de sus acciones. La tasa de pago de dividendos puede variar en función de la política y los resultados financieros de la empresa.

Una elevada rentabilidad por dividendo (llamado "dividend yield" en inglés) suele ser señal de que la empresa ha alcanzado cierta madurez. Prefiere redistribuir los frutos de su éxito entre sus accionistas en lugar de reinvertir este dinero en su crecimiento interno (orgánico) o externo (mediante adquisiciones) porque considera que el rendimiento de estas operaciones no sería necesariamente muy elevado, señal de la madurez de su mercado y/o de su posicionamiento en el mismo. 

Al distribuir un dividendo regular (cada año sin interrupción) y creciente, la empresa envía una señal de confianza en sus perspectivas y en la calidad de su balance. Como accionista, sin embargo, debe estar atento a la sostenibilidad del dividendo examinando el ratio de reparto (llamado "payout ratio" en inglés) , es decir, la proporción de beneficios pagados en forma de dividendos en relación con el total de beneficios netos generados. El análisis de las perspectivas de crecimiento de la empresa (unos beneficios más bajos se traducirán en un dividendo más bajo) y la solidez del balance (sus deudas y su capacidad para reembolsarlas manteniendo el dividendo) también son esenciales para un inversor en valores con dividendos. 

Muchos inversores buscan estos valores de dividendos para construir una cartera sólida que les genere una renta vitalicia pasiva. Por eso hemos decidido ofrecer a todos nuestros clientes tres listas de estilos de inversión en esta temática, para que puedan identificar las mejores acciones de dividendos para sus necesidades de inversión a largo plazo.

Encuentre nuestras listas de estilos de inversión sobre valores con dividendos:

  • Valores que reparten dividendos: Esta lista pretende identificar empresas que reparten un dividendo elevado y estable y cuyos fundamentales permiten la sostenibilidad de este pago a los accionistas, especialmente gracias a una sólida base financiera, una buena visibilidad de su modelo de negocio y unas perspectivas de crecimiento favorables. 
  • Dividend Aristocrats: Esta lista pretende identificar empresas que hayan aumentado cada año el pago de dividendos a sus accionistas durante al menos 25 años. Es probable que una cesta suficientemente diversificada de estos valores supere al mercado a largo plazo.
  • Dividend Kings: Esta lista pretende identificar a las empresas que han aumentado cada año el pago de dividendos a sus accionistas durante al menos 50 años. Se trata de la flor y nata de las empresas de dividendos. Hay menos de 50 empresas en el mundo que hayan conseguido pagar un dividendo constante y creciente durante este periodo de tiempo.