XIAN, China - China acogerá esta semana por primera vez una cumbre presencial de dirigentes de Asia Central, en un intento por estrechar lazos en una región considerada el patio trasero de Rusia en un momento en que sus relaciones con Occidente se deterioran.

Está previsto que el presidente Xi Jinping discuta la profundización de los vínculos económicos y de seguridad con sus homólogos de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, antiguos estados soviéticos que, según los analistas, están ansiosos por encontrar fuentes alternativas de inversión, mientras Moscú está centrado en su guerra en Ucrania.

La cumbre de dos días, que comienza el jueves en la ciudad occidental de Xian, se solapará con una reunión del Grupo de los Siete (G7) en Japón del 19 al 21 de mayo, en la que los esfuerzos para contrarrestar a China serán uno de los principales temas de conversación para los líderes de las democracias occidentales ricas.

"Pekín quiere promover una nueva alternativa al orden mundial e intentar convencer a la región de Asia Central de que este nuevo orden mundial también es mejor para ellos", dijo Adina Masalbekova, investigadora de la Academia de la OSCE en Biskek.

La cumbre inaugural de líderes China-Asia Central se celebró en internet el año pasado debido a la pandemia del COVID-19. Para la primera cumbre presencial, Xian es un guiño simbólico a la importancia de los lazos económicos, ya que la ciudad fue fundamental en la antigua ruta comercial de la Ruta de la Seda, que se extiende por Asia Central.

"Una de las mayores bazas que esperamos ver en esta cumbre es una apertura seria para que los productos centroasiáticos entren en el mercado chino. Es algo que la región lleva pidiendo desde hace un par de años", afirmó Niva Yau, miembro del Global China Hub del Atlantic Council, con sede en Kirguistán.

El comercio de China con los cinco Estados de Asia Central se ha multiplicado por cien desde el establecimiento de relaciones diplomáticas hace tres décadas, tras la desintegración de la Unión Soviética. Las inversiones entre China y las cinco naciones alcanzaron la cifra récord de más de 70.000 millones de dólares en 2022.

En los prolegómenos de la cumbre, los medios estatales chinos destacaron la importancia de la región como puerta de entrada para la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de China, una importante política de infraestructuras anunciada por Xi cuando visitó Kazajistán en 2013.

Los dos principales proyectos de la BRI actualmente en discusión son un ferrocarril que conecte China con Kirguistán y Uzbekistán, y un gasoducto de gas natural desde Turkmenistán.

La iniciativa de la Franja y la Ruta impulsada por China ha sido criticada por endeudar a los países emergentes con proyectos que no pueden permitirse. Pekín ya es uno de los principales acreedores de los países de Asia Central, y los préstamos chinos a los Estados más pobres de Kirguistán y Tayikistán representan más de una quinta parte de su PIB.

Sin embargo, en un momento en que Rusia, el principal patrocinador de la región, se encuentra inmersa en una cruenta guerra con Ucrania y sometida a sanciones internacionales, los analistas afirman que los Estados centroasiáticos acogerán con satisfacción las propuestas de Pekín.

"Entienden que es muy importante tener socios alternativos a Rusia, y la alternativa número uno que tienen es China", dijo Temur Umarov, miembro del Centro Carnegie Rusia Eurasia con sede en Berlín.

A cambio de una mayor cooperación económica, China buscará apoyo para mantener la seguridad en la región, afirman los analistas.

Tres países de Asia Central limitan con Xinjiang, la región occidental de China donde Pekín ha sido acusada de abusos contra los derechos humanos de la población musulmana uigur en una campaña que, según afirma, pretende frenar el extremismo religioso. La toma de Afganistán por los talibanes también ha aumentado el temor de China a que la militancia islamista traspase sus fronteras.

Según los analistas, es probable que los líderes también discutan la guerra de Ucrania y reafirmen la postura compartida por China y Rusia de que la región no debe ser utilizada por Estados Unidos y otras potencias externas para librar una guerra por poderes o instigar disturbios internos.

(Reporte de Andrew Hayley en Xian y Yew Lun Tian en Pekín; edición de John Geddie y Simon Cameron-Moore; editado en español por Flora Gómez)