El enorme proyecto de ley -la Ley de Autorización de la Defensa Nacional de este año, o NDAA- autoriza un gasto militar récord de 886.000 millones de dólares. Normalmente se aprueba en ambas cámaras del Congreso de forma mayoritariamente bipartidista.

Pero este año, la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó su versión del proyecto de ley por una estrecha mayoría de 219-210, con el voto en contra de los demócratas después de que los republicanos de extrema derecha añadieran enmiendas que abordaban cuestiones sociales candentes, como la derogación de una política del Pentágono de reembolso de gastos a los miembros del servicio que viajan para someterse a un aborto.

El amplio apoyo para enviar la medida a conferencia reflejaba la esperanza de muchos demócratas de que una conferencia con el Senado, de mayoría demócrata, diera como resultado una NDAA más moderada.

El Senado aprobó su versión del proyecto de ley, sin dichas disposiciones, por 86-11.

Los representantes de las dos cámaras celebrarán ahora una conferencia para limar las diferencias entre las dos versiones de la legislación y redactar un proyecto de ley definitivo. Ésta, a su vez, deberá ser aprobada por ambas cámaras antes de ser enviada a la Casa Blanca para que el presidente Joe Biden la convierta en ley o la vete.

La NDAA, que está separada de los proyectos de ley de asignaciones que establecen los niveles de gasto del gobierno, lo regula todo, desde los aumentos salariales para las tropas -el de este año será del 5,2%- hasta las compras de barcos y aviones, pasando por políticas como el apoyo a Ucrania.

Es una de las pocas leyes importantes que el Congreso aprueba cada año, habiéndose convertido en ley anualmente desde 1961.