Los responsables políticos y muchos miembros de la industria han expresado su preocupación por la IA, en particular por la IA generativa que crea contenidos, como ChatGPT, y algunos la equiparan a los riesgos que plantean las pandemias o la guerra nuclear.

Vestager afirmó que Estados Unidos y la Unión Europea deberían impulsar un código voluntario para proporcionar salvaguardas mientras se desarrollan nuevas leyes.

"La IA generativa cambia por completo las reglas del juego", declaró Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea, en una rueda de prensa celebrada el miércoles tras una reunión del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC) entre la UE y Estados Unidos.

"Todo el mundo sabe que ésta es la próxima cosa poderosa. Así que en las próximas semanas avanzaremos un borrador de un código de conducta de la IA", dijo, añadiendo que esperaba que hubiera una propuesta final "muy, muy pronto" que la industria pudiera suscribir.

En un tuit posterior, mencionó la marca de agua y las auditorías externas entre las ideas que podrían figurar en el código.

La Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, con normas sobre reconocimiento facial y vigilancia biométrica, aún está en proceso legislativo.

"En el mejor de los casos entrará en vigor dentro de dos años y medio o tres. Evidentemente, eso es demasiado tarde", declaró Vestager a los periodistas antes de la reunión del TTC en Suecia. "Tenemos que actuar ya".

El comunicado de clausura del TTC decía que los dos socios habían creado grupos de expertos centrados en los términos necesarios para evaluar los riesgos de la IA, la cooperación en materia de normas sobre IA y la supervisión de los riesgos existentes y emergentes.

Los líderes de las naciones del G7 pidieron este mes el desarrollo de normas técnicas para mantener la IA "digna de confianza", instando a debates internacionales sobre temas como la gobernanza, los derechos de autor, la transparencia y la amenaza de la desinformación.

Vestager dijo que era necesario llegar a un acuerdo sobre aspectos concretos, sugiriendo que Bruselas y Washington podrían ayudar a impulsar el proceso, señalando que la generativa se estaba "desarrollando a velocidades asombrosas."