Las reservas internacionales netas del banco central turco aumentaron en más de 6.000 millones de dólares la semana pasada hasta unos 24.000 millones de dólares, según afirmaron el martes cuatro banqueros, reanudando una tendencia alcista desde que el gobierno adoptó una política monetaria más ortodoxa tras las elecciones de mayo.

La reconstitución del colchón monetario del banco central se considera un indicador de la voluntad de las autoridades de relajar los controles sobre la lira, que se ha desplomado un 28% desde que el presidente Tayyip Erdogan fue reelegido.

Las reservas del banco cayeron a menos 5.700 millones de dólares a principios de junio, su nivel más bajo desde que comenzaron a publicarse los datos en 2002, ya que las autoridades intentaron contrarrestar la demanda de divisas y estabilizar la lira durante el periodo electoral.

Pero las reservas se han recuperado con fuerza desde entonces, aumentando 30.000 millones de dólares en unos cuatro meses.

Las reservas internacionales netas experimentaron su mayor aumento semanal en julio, con 8.500 millones de dólares.

Las reservas brutas aumentaron en unos 4.000 millones de dólares hasta el 22 de septiembre, situándose en torno a los 125.500 millones de dólares, según los cálculos de los banqueros basados en los indicadores de los bancos centrales.

En virtud de una política poco ortodoxa preconizada por Erdogan, el banco central redujo drásticamente su tipo de interés de referencia al 8,5% en febrero, desde el 19% en 2021, a pesar de la elevada inflación, lo que desencadenó una crisis de la lira.

Pero bajo el nuevo gobernador Hafize Gaye Erkan, ha subido el tipo en 2.150 puntos básicos en los últimos cuatro meses.

En virtud de las medidas introducidas el año pasado, el banco central aumentó las reservas comprando el 40% de los ingresos en divisas de los exportadores, que ascendían a unos 100.000 millones de dólares anuales. A continuación, el banco vendió esto y más para apoyar la lira, en una práctica interrumpida desde las elecciones.

A principios de este mes, el ministro de Finanzas, Mehmet Simsek, declaró que Ankara había permitido que el tipo de cambio "fuera libre".

El banco central sigue obteniendo divisas del turismo y de un plan para proteger los depósitos bancarios en liras de la depreciación conocido como KKM.