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En la trama, conocida como "cum-ex" o liquidación de dividendos, bancos e inversores intercambiaban rápidamente acciones de empresas en torno a su día de pago de dividendos, difuminando la propiedad de las acciones y permitiendo a múltiples partes reclamar falsamente devoluciones de impuestos sobre los dividendos.
La laguna jurídica que permitió que prosperara este comercio entre 2005 y 2012 ya está cerrada, pero una larga investigación ha adquirido vastas dimensiones mientras los tribunales y los funcionarios intentan que los infractores rindan cuentas y recuperen unos 10.000 millones de euros (10.660 millones de dólares) perdidos de las arcas públicas.
El juicio que comenzó el lunes en Bonn implica a Christian Olearius, de 81 años, ex consejero delegado y presidente del banco M.M. Warburg, con sede en Hamburgo, y el banquero de más alto rango que ha sido juzgado hasta ahora. Ha negado cualquier delito pero no hizo ninguna declaración ante el tribunal el lunes.
La fiscal Stephanie Kerkering declaró ante el tribunal que Olearius había conspirado con otras personas dentro y fuera de Warburg para realizar las transacciones.
El beneficio se "basó en la obtención fraudulenta del dinero de los contribuyentes", afirmó.
Los fiscales reclaman una indemnización de casi 280 millones de euros.
Warburg declinó hacer comentarios.
A principios de este año, un abogado fiscalista presuntamente autor intelectual del fraude recibió una segunda condena de ocho años de cárcel, la más larga hasta la fecha.
Otros, entre ellos un antiguo empleado del grupo Warburg y dos banqueros británicos, también han recibido condenas y multas.
El caso también ha adquirido dimensiones políticas.
El canciller alemán Olaf Scholz - antiguo alcalde de Hamburgo - se ha enfrentado a las preguntas de los legisladores sobre si intervino en el asunto fiscal en nombre de Warburg, pero ha rechazado tales sugerencias.
(1 dólar = 0,9377 euros) (Reportaje de Matthias Inverardi; redacción de Tom Sims, edición de Friederike Heine y Bernadette Baum)
