KUALA LUMPUR (Reuters) - Un tribunal malasio acusó el miércoles a dos cineastas locales de "herir intencionadamente los sentimientos religiosos de otros" a través de su película, según declaró su abogado, en una medida condenada por grupos de derechos como una amenaza a la libertad de expresión en el país.

Su abogado, N Surendran, dijo que los cargos envían un "mensaje escalofriante" a la industria cinematográfica local y a los cineastas de toda Malasia.

"El gobierno debe asumir su responsabilidad y el fiscal general debería retirar los cargos", declaró Surendran.

"Mentega Terbang" se estrenó por primera vez en una plataforma de streaming de vídeo en 2021, pero fue prohibida en Malasia por las autoridades el pasado septiembre tras ser criticada por contener escenas que, según se dijo, iban en contra de las enseñanzas religiosas islámicas.

La película sigue a una joven malaya musulmana que llora la muerte de su madre investigando las enseñanzas de otras religiones sobre la vida después de la muerte.

La llegada al poder de la coalición progresista y reformista del primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, en noviembre de 2022, había renovado la esperanza de una mayor libertad de expresión en el país. Sin embargo, la administración de Anwar se ha enfrentado a acusaciones de dar marcha atrás en sus promesas de proteger la libertad de expresión, tras una represión de contenidos relacionados con sensibilidades raciales y religiosas.

El gobierno ha negado las acusaciones de reprimir la disidencia, afirmando que quería frenar los contenidos nocivos que tocaban temas raciales y religiosos, ambos delicados en una Malasia de mayoría musulmana.

Los grupos de defensa de los derechos Artículo 19, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han condenado los cargos contra los cineastas calificándolos de "escandalosos e inaceptables", y han pedido que se retiren inmediata e incondicionalmente.

También instaron al gobierno malasio a poner fin a la criminalización de la ofensa religiosa y al uso de "otras disposiciones vagas de la ley" para coartar la libertad de expresión.

"Este tipo de burda complacencia política a expensas de los derechos humanos es precisamente el tipo de cosas de las que Anwar acusó a los gobiernos anteriores cuando estaba en la oposición, pero ahora ha cambiado hipócritamente de tono tras asumir el poder, y utiliza la misma censura y persecución", declaró Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.