Los bancos centrales de las principales economías desarrolladas llevaron a cabo en septiembre lo que parecía una última serie de subidas de tipos, mientras que las economías tanto de América Latina como de los países emergentes de Europa se encaminaban hacia una relajación continuada.

En septiembre, nueve de los bancos centrales que supervisan las 10 divisas más negociadas celebraron reuniones de fijación de tipos, aunque sólo tres -Suecia, Noruega y el Banco Central Europeo- subieron los tipos, en un total acumulado de 75 puntos básicos. La Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Inglaterra, así como Australia, Canadá y Japón optaron por no hacer cambios, según mostraron los datos de Reuters. El banco central de Nueva Zelanda no se reunió.

Los movimientos de septiembre se comparan con las dos subidas en las cuatro reuniones de agosto -un mes tradicionalmente más tranquilo para las decisiones de política monetaria- y elevan el recuento del año 2023 hasta la fecha de los bancos centrales del G10 a un total de 1.150 puntos básicos en 36 subidas.

"Hemos alcanzado la altitud de crucero para los bancos centrales - en el 4% para el BCE y el 5,25%-5,50% en la Fed, no veo más subidas en un futuro próximo", dijo Bjoern Jesch, director global de inversiones de DWS Group.

"La política es restrictiva en estos momentos: hará caer el crecimiento, pero no de forma masiva".

Los mercados han experimentado algunos cambios sísmicos en las últimas semanas tras verse obligados a ajustarse al mantra de "más subidas durante más tiempo" propagado por los principales bancos centrales.

Las trayectorias divergentes de los tipos se pusieron de manifiesto en las economías emergentes, donde 16 de los 18 bancos centrales de la muestra de Reuters celebraron reuniones en septiembre.

América Latina y Europa central y oriental están a la vanguardia del ciclo de relajación, con Brasil, Chile y Polonia bajando los tipos de referencia, llevando la cantidad acumulada de recortes de tipos a 200 puntos básicos para septiembre, y el total anual de recortes a 420 puntos básicos a través de ocho movimientos a la baja.

Hungría también redujo la semana pasada uno de sus tipos, el de los depósitos a un día, en 100 puntos básicos, hasta el 13%, alineándolo con el tipo básico principal, que mantuvo sin cambios.

Sin embargo, el reciente salto de los precios del petróleo ha aumentado la incertidumbre sobre la rapidez con la que podría avanzar el ciclo de relajación.

"La mayoría de los responsables políticos se muestran bastante cautos", afirmó Kaan Nazli, gestor de carteras de la gestora de activos Neuberger Berman.

"No creo que hayamos vuelto al punto en el que estos bancos centrales vayan a empezar a apretar de nuevo... pero si eres un banquero central, especialmente de un país importador de petróleo, te vuelves más cauto".

Por otro lado, un selecto número de bancos centrales de los mercados emergentes seguían en modo subida.

Turquía, que está luchando contra las presiones inflacionistas y una divisa que se desliza de un mínimo histórico al siguiente, protagonizó otra subida de tipos de 500 puntos básicos. Rusia elevó su índice de referencia en 100 puntos básicos, mientras que Tailandia también subió los tipos en una decisión sorpresa, lo que eleva la cifra mensual de endurecimiento en las economías en desarrollo a 625 puntos básicos en septiembre y el total en lo que va de año a +3.475 puntos básicos a través de 30 subidas.