La Comisión del Mercado de Valores (SEC) propuso la nueva norma el mes pasado en un esfuerzo por reducir las ventajas informativas que el sector de los fondos privados, que mueve 18 billones de dólares, tiene sobre los inversores minoristas.

La norma reduciría a la mitad, a cinco días, el plazo que tienen los inversores para revelar cuándo han comprado al menos el 5% de una empresa pública. Esa noticia suele hacer saltar las acciones cuando activistas como Icahn, Starboard Value y Elliott Management anuncian que aprovecharán la participación para impulsar cambios, como la venta de negocios o la incorporación de miembros al consejo de administración.

Dado que los activistas gastan millones de dólares en investigación y honorarios legales, dicen que a menudo necesitan entre un 7% y un 9% de las acciones de un objetivo para que las campañas sean viables. Con la ventana de información más corta, acumular tantas acciones podría ser demasiado costoso para ser rentable.

El impacto a largo plazo de la propuesta de la SEC, según los activistas, sería reducir el número de campañas de este tipo, debilitando una fuerza importante para que las empresas rindan cuentas a los accionistas y hagan el mejor uso de su capital, lo que beneficia a todos los inversores.

"Este es un día triste para muchas empresas estadounidenses, que necesitan reemplazar a los jefes ejecutivos incompetentes en lugar de atrincherarlos", dijo Icahn, uno de los inversores activistas más exitosos de la industria, con un patrimonio neto de más de 16.000 millones de dólares.

Icahn, de 86 años, ha librado batallas en gigantes corporativos desde Apple a Occidental Petroleum y recientemente se ha enfrentado a McDonald's por cómo se abastece de carne de cerdo y el trato que se da a los cerdos. Desde 2011, ha invertido su propia fortuna personal.

Aunque Icahn dijo que la norma no le perjudicará mucho porque no necesita dinero externo, su potencial para frenar los rendimientos será doloroso para los activistas que deben cortejar a los inversores externos.

La norma está sujeta a consulta y podría entrar en vigor a finales de año si la finalizan los comisionados de la SEC.

"Es un paso atrás para la gobernanza de los accionistas sin ningún beneficio perceptible para el mercado", dijo un destacado gestor de fondos de cobertura activistas.

Sin embargo, el presidente de la SEC, Gary Gensler, afirmó que los activistas disponen actualmente de demasiado tiempo para beneficiarse de información material no pública.

Otros inversores deberían saber antes cuándo un activista se ha fijado como objetivo una empresa, sobre todo porque las pruebas sobre si los activistas crean valor a largo plazo no son concluyentes, dijeron los críticos.

Ty Gellasch, director del grupo Healthy Markets, con sede en Washington, dijo que los activistas desempeñan un papel "fundamental" a la hora de impulsar el cambio, pero se mostró escéptico de que la norma les perjudique seriamente.

Asimismo, Jim Rossman, que defiende a las empresas frente a los activistas como codirector de asesoría de mercados de capitales de Lazard, dijo que el listón del 5% no es "mágico". "Las buenas ideas son valiosas en sí mismas aunque un activista posea una participación menor", afirmó.

¿MENSAJE EQUIVOCADO?

Aún así, otros inversores dijeron que la propuesta envía el mensaje equivocado. Dado que el seguimiento pasivo de índices ha permitido a la mayoría de los inversores desentenderse de los consejos de administración de las empresas, el mercado necesita más inversores dispuestos a dedicar tiempo y dinero a buscar información e identificar empresas infravaloradas.

Con sólo 195.000 millones de dólares en activos, según la empresa de investigación Insightia, los activistas son ya una pequeña fracción del mercado.

"Menos inversores que nunca hacen realmente el trabajo de analizar las empresas y exigir responsabilidades a los consejos de administración y a los consejeros delegados que obtienen malos resultados", afirma Rob Collins, director ejecutivo del Consejo para los Derechos de los Inversores y la Responsabilidad Corporativa.

"La SEC debería animar a los accionistas comprometidos a utilizar sus derechos y sus voces para impulsar un cambio que cree valor, no dificultar más su trabajo".