Hay cerca de 27 millones de personas que padecen hambre en la región y esa cifra podría aumentar a 38 millones en junio, lo que supone un aumento del 40% respecto al año pasado y un máximo histórico, señalaron 11 organizaciones internacionales de ayuda en una declaración conjunta.

Grandes franjas de África Occidental, incluidas partes de Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria, se enfrentan a insurgencias islamistas que han obligado a millones de personas a abandonar sus tierras. Junto con Chad, son los países más afectados por el hambre.

La región también ha visto cómo se agravan las inundaciones y las sequías debido a los efectos del cambio climático, lo que dificulta la agricultura. La producción de cereales en 2021/22 descendió un 39% interanual en Níger y un 15% en Malí, según la Red de Prevención de Crisis Alimentarias de África Occidental.

Además, los precios mundiales de los alimentos se han disparado y el comercio se ha visto interrumpido debido a la invasión rusa de Ucrania. El cierre de las fronteras debido a la COVID-19 también ha tenido un impacto negativo, según la Red de Prevención de la Crisis Alimentaria.

"Lo que es nuevo y se agrava es principalmente toda la gente desplazada y las tierras abandonadas a causa del conflicto, pero también estamos asistiendo a nuevos impulsores", dijo Assalama Dawalack Sidi, director regional de Oxfam para África Occidental y Central.

Seis países de África Occidental importan entre el 30 y el 50% de su trigo de Rusia y Ucrania, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La guerra de Ucrania también corre el riesgo de desviar fondos muy necesarios de la región, advirtió Sidi.

"Muchos donantes ya han indicado que podrían recortar los fondos destinados a África para pagar por los refugiados en Europa", dijo.