El ataque tuvo lugar a unos 190 km de la capital, Niamey, en Kandadji, cerca de la zona trifronteriza de Mali, Burkina Faso y Níger que ha sido el epicentro de las insurgencias islamistas en la región del Sahel en los últimos años.

Las fuentes, entre ellas un oficial militar de alto rango, que solicitaron el anonimato porque no están autorizadas a hablar con los medios de comunicación, no dijeron qué grupo era el responsable. Las filiales locales de Al Qaeda y del Estado Islámico están activas en la región y llevan a cabo frecuentes ataques contra soldados y civiles.

Dos fuentes de seguridad dijeron que el ejército respondió al ataque con tropas de tierra así como con helicópteros, uno de los cuales fue alcanzado pero pudo regresar a su base.

Níger está dirigido por una junta militar que tomó el poder en un golpe de estado en julio, en parte por el descontento ante el empeoramiento de la situación de seguridad. Los vecinos Mali y Burkina Faso han sufrido dos golpes de estado cada uno en los últimos tres años.

Sin embargo, los analistas de seguridad afirman que los atentados habían disminuido en Níger bajo el mandato del derrocado presidente Mohamed Bazoum, que había intentado entablar un diálogo con los islamistas y las comunidades rurales donde están arraigados.

Al menos 17 soldados murieron en otro ataque en el suroeste de Níger a mediados de agosto.

Francia dijo el domingo que retiraría sus 1.500 soldados de Níger antes de finales de año, tras semanas de presiones de la junta y manifestaciones populares contra el antiguo gobernante colonial, que tenía fuerzas allí para luchar contra los insurgentes.

El jueves, varios centenares de partidarios de la junta volvieron a concentrarse frente a la base militar francesa en la capital, Niamey, para exigir la salida de las tropas.