"Estamos trabajando urgentemente en cómo limitar los daños colaterales de la desvinculación de SWIFT de forma que afecte a las personas adecuadas. Lo que necesitamos es una restricción selectiva y funcional de SWIFT", dijeron en un comunicado la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, y el ministro de Economía, Robert Habeck.

Alemania, que tiene los mayores flujos comerciales de la UE con Rusia, se había mostrado reticente a subirse al carro de cortar a Rusia de la principal red de pagos internacionales del mundo, alegando que primero debía sopesar las consecuencias económicas de tal medida.

El cambio de opinión de Berlín se produce mientras las fuerzas rusas seguían golpeando Kiev y otras ciudades con artillería y misiles de crucero en el tercer día de una campaña que ha hecho que cientos de miles de ucranianos huyan hacia el oeste, hacia la Unión Europea, atascando las principales carreteras y líneas ferroviarias.

La medida afectaría al comercio ruso y dificultaría los negocios de las empresas rusas. SWIFT es un sistema de mensajería seguro que facilita los pagos transfronterizos rápidos y es el principal mecanismo de financiación del comercio internacional.

Anteriormente, el sábado, Italia, el otro miembro de la Unión Europea que había expresado sus reservas sobre la adopción de esa medida, dijo que apoyaría la desconexión de Rusia del sistema de pagos.

Grecia también se sumó a la línea de la UE sobre el SWIFT y el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo que su gobierno no bloquearía ninguna de las sanciones previstas por la UE.

"Es el momento de estar unidos, es una guerra", dijo Orban.

El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo que la decisión sobre SWIFT podría producirse en los "próximos días".