En su conferencia anual, los laboristas perciben un cambio en su suerte tras la dura derrota sufrida en las elecciones de 2019, pues sienten que ahora pueden ofrecer una opción real a los votantes después de que el gobierno anunciara un "plan de crecimiento" que otorgaba recortes fiscales sobre todo a las grandes empresas y a los más ricos.

El llamado minipresupuesto ha abierto una brecha entre los conservadores de la primera ministra Liz Truss y el Partido Laborista de Keir Starmer, que quiere aprovechar los años previos a unas previsibles elecciones en 2024 para demostrar que su equipo está preparado para el poder.

Rachel Reeves, responsable de la política financiera laborista, dirá en la conferencia de la ciudad de Liverpool, en el norte de Inglaterra, que el partido quiere "construir la industria británica" utilizando un fondo nacional de riqueza similar a los fondos de Noruega y Singapur, con una dotación inicial de 8.000 millones de libras (8.700 millones de dólares) destinados a proyectos ecológicos.

"Porque conferencia, cuando digo que quiero comprar, fabricar y vender más en Gran Bretaña lo digo en serio", dirá, según extractos de su discurso.

"Ése es un verdadero plan de crecimiento", dirá, apuntando al "Plan de Crecimiento" presentado por el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, el viernes, cuando los laboristas le acusaron de dar prioridad a los ricos frente a los trabajadores que luchan contra la subida de precios, recurriendo a la desacreditada teoría de la "economía del goteo".

Ese plan ha desplazado al gobierno hacia la derecha, dando a los laboristas la oportunidad de demostrar que pueden dirigir la economía con eficacia, pero también ayudar a los que tienen rentas más bajas y proteger los servicios públicos, según una fuente cercana a la dirección.

Kwarteng suprimió el tipo máximo del impuesto sobre la renta del país y canceló una subida prevista del impuesto de sociedades, todo ello además de un plan enormemente caro para subvencionar las facturas energéticas de los hogares y las empresas, con pocos detalles sobre cómo se pagaría a corto plazo más allá de aumentar la deuda pública.

En respuesta, la libra esterlina cayó el viernes más de un 3% frente al dólar, hasta su nivel más bajo desde 1985, y se debilitó también frente al euro y el yen japonés, mientras que los bonos del Estado registraron su mayor venta diaria en décadas.

El domingo, Starmer se comprometió a revertir la supresión del tipo máximo del impuesto sobre la renta y restablecerlo en el 45%, afirmando que los recortes fiscales para los ricos no estimularían el crecimiento.

Ed Miliband, responsable laborista de política climática, dijo que los planes laboristas devolverían el empleo a Gran Bretaña.

"Se trata de buenos empleos bien pagados, con sindicatos fuertes y con dinero que vuelva a los bolsillos de los británicos".

(1 dólar = 0,9211 libras)