Argentina ha arrebatado a Venezuela la inoportuna corona de la inflación regional, convirtiéndose en el país latinoamericano con mayor tasa de inflación en 2023, después de que los precios subieran más de un 200% el año pasado, el nivel más alto en tres décadas.

El productor sudamericano de cereales informó el jueves de una inflación anual del 211,4%, con un aumento de los precios del 25,5% sólo en diciembre.

En Venezuela, acosada por años de crisis económica y donde la inflación en 2018 alcanzó más de un millón por ciento, los precios al consumo subieron el año pasado un 193% estimado mucho más bajo, según la ONG Observatorio Venezolano de Finanzas.

Aunque existen dudas sobre los datos oficiales de la inflación venezolana, la consultora Ecoanalitica también predice que los precios subieron un 170%. El Banco Central de Venezuela declaró que la inflación mensual en noviembre fue de sólo el 3,5%, el noveno mes consecutivo en un solo dígito.

El gobierno socialista de Venezuela ha flexibilizado los controles de divisas, relajado las restricciones a la importación y fomentado la dolarización informal para intentar mantener a raya los precios al consumo en los últimos años, lo que ha contribuido a reducir gradualmente la inflación.

Mientras tanto, las subidas del IPC en Argentina se han acelerado en los últimos años, en medio de profundos déficits fiscales regulares, una débil confianza en el peso local y la impresión de dinero por parte del banco central para apuntalar a unos gobiernos excesivamente endeudados.

El recién elegido presidente argentino, el libertario Javier Milei, ha advertido del riesgo de hiperinflación y está impulsando importantes reformas y duras medidas de austeridad para domar los precios.

Los analistas afirman que la convergencia de la tasa de inflación con Venezuela puede durar poco si Milei tiene éxito.

"Venezuela no tiene ninguna estrategia adecuada de consolidación fiscal", afirmó Peter West, asesor económico con sede en Londres de EM Funding, especializada en estrategias de inversión.

"Por el contrario, Argentina tiene ahora un riguroso programa de estabilización, basado en un fuerte ancla fiscal y respaldado por el FMI (Fondo Monetario Internacional)", dijo, aunque advirtió que Milei se enfrenta a "altos" riesgos a la hora de poner en marcha sus planes.