El COVID largo, que surge meses después de una infección por COVID-19, afecta a casi el 7% de todos los adultos de EE.UU. y al 2,3% de la población total y ha supuesto un coste estimado de 386.000 millones de dólares en salarios perdidos, ahorros y facturas médicas, según un análisis de la Iniciativa Solve Long Covid, un grupo de investigación y defensa sin ánimo de lucro.

Se han asociado más de 200 síntomas -muchos de los cuales duran meses- a esta enfermedad, entre los que se incluyen el dolor, la fatiga, la niebla cerebral, la dificultad para respirar y el agotamiento tras una mínima actividad física.

"El COVID largo es real, y todavía hay mucho que no sabemos sobre él", dijo el martes el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, que dirigirá la respuesta del gobierno.

"Los estadounidenses de todas las edades y procedencias están experimentando un COVID prolongado", añadió en una rueda de prensa. "Para ser claros, vamos a utilizar todas las herramientas que tenemos para estar ahí para estos estadounidenses".

El plan ampliará la investigación, la atención y los servicios para discapacitados de las personas que padecen esta enfermedad, dijo la Casa Blanca. Becerra dará a conocer el Plan de Acción Nacional de Investigación, elaborado conjuntamente, en un plazo de 120 días, dijo Biden en un memorando presidencial.

Aborda algunas preocupaciones planteadas por los grupos de defensa de los pacientes, que han criticado la lentitud del programa de investigación RECOVER de los Institutos Nacionales de la Salud, de 1.150 millones de dólares, y pretende acelerar la inscripción de 40.000 personas con y sin COVID de larga duración.

Según el nuevo plan, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) invertirá 20 millones de dólares el año que viene para investigar cómo los sistemas sanitarios pueden ayudar mejor a las personas con COVID larga, orientar las prácticas de atención primaria y desarrollar clínicas multiespecializadas en todo el país.

El plan prevé asignar 25 millones de dólares adicionales a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del presupuesto de Biden para 2023 -además de la inversión de 50 millones de dólares de la agencia- para comprender mejor y encontrar soluciones a las características, los factores de riesgo, los mecanismos subyacentes y los impactos en la salud del COVID largo.

Otras disposiciones incluyen la adición de más programas de COVID larga a los 18 centros del Departamento de Asuntos de los Veteranos que ya los ofrecen.

El HHS también pondrá en marcha un nuevo proyecto, Health+, destinado a conocer las experiencias de quienes viven con esta afección, a menudo debilitante, para ayudar a informar sobre la atención de alta calidad y contribuir a estandarizar las mejores prácticas en las clínicas de COVID larga.

El plan también pretende traducir sus hallazgos en políticas de incapacidad accionables con la Administración de la Seguridad Social, y trabajar con el Departamento de Trabajo en la ayuda a los trabajadores afectados que están decidiendo si son capaces de volver a sus puestos de trabajo.