"Es esencial que los responsables de las políticas, incluida la Reserva Federal, planifiquen el futuro del sistema de pagos y consideren toda la gama de opciones posibles para adelantar los beneficios potenciales de las nuevas tecnologías, salvaguardando al mismo tiempo la estabilidad", dijo Brainard en las observaciones preparadas para ser entregadas al Foro de Política Monetaria de Estados Unidos en Nueva York. "Un CBDC estadounidense puede ser una forma potencial de garantizar que las personas de todo el mundo que utilizan el dólar puedan seguir confiando en la fortaleza y seguridad de la moneda estadounidense para realizar transacciones y negocios en el sistema financiero digital".

Los responsables de la política de la Reserva Federal están divididos sobre la necesidad de una moneda digital del banco central, aunque muchos otros bancos centrales de todo el mundo están presionando para llevar a cabo estos planes.

Brainard se ha erigido en partidaria de la idea, aunque en sus declaraciones hizo hincapié en la importancia de considerar el impacto potencial de una CBDC estadounidense en lugar de afirmar rotundamente la necesidad de adoptarla.

"Es importante considerar cómo las nuevas formas de criptoactivos y dinero digital pueden afectar a las responsabilidades de la Reserva Federal de mantener la estabilidad financiera, un sistema de pagos seguro y eficiente, el acceso de los hogares y las empresas a dinero seguro del banco central, y el máximo empleo y estabilidad de precios", dijo el viernes.

Los defensores de un CBDC afirman que podría agilizar los sistemas de pago, mejorar la inclusión financiera e incluso reforzar la estabilidad financiera, mientras que otros se preocupan por los costes, incluidos los problemas de privacidad.

En un punto los responsables de la política de la Fed parecen estar de acuerdo: la Fed no pondrá en marcha uno sin un apoyo claro de la Casa Blanca y el Congreso, según han indicado los responsables.