En una entrevista con CNN, Dias dijo que Brasil necesita tener una mayor producción de fertilizantes por una "cuestión de seguridad nacional".

El ministro dijo que el gobierno espera tener listo el plan, que fue revisado por los ministerios de Economía y Agricultura, para el 17 de marzo. Su objetivo es minimizar los cuellos de botella en términos de legislación, impuestos y, sobre todo, cuestiones medioambientales, para el desarrollo nacional del sector, dijo.

Dias indicó que el plan será importante para acelerar la aprobación de las licencias medioambientales, porque en algunos casos "se tarda de cinco a diez años, y los inversores acaban renunciando a explorar este potencial".

El mes pasado, el jefe de la empresa de cultivo y comercio de cereales Amaggi, Blairo Maggi, dijo que el grupo está en conversaciones con el inversor canadiense Stan Bharti para ayudar a desarrollar la mayor mina de potasa de América Latina, en un impulso para destetar a los agricultores brasileños de las costosas importaciones de fertilizantes.

Brasil tiene reservas de fertilizantes que deberían durar hasta octubre, cuando se intensifica la cosecha de la mayor cosecha de cereales del país, dijo Dias.

El país importa alrededor del 85% de su consumo de fertilizantes, incluida la potasa, que se enfrenta a un mayor cuello de botella debido al conflicto en Ucrania y a las sanciones occidentales a Bielorrusia, un importante productor. En el caso de la potasa, las compras exteriores del país representan el 96% del consumo.