El juez Jeffrey White, de San Francisco, consideró que la Oficina del Interventor de la Moneda (OCC) no actuó de forma arbitraria al aprobar la norma, que establece que cuando un banco presta a un tipo de interés válido, éste sigue siendo válido cuando el préstamo se vende a una entidad no bancaria.

Según la ley federal, los bancos nacionales pueden cobrar los tipos de interés permitidos por sus estados de origen, independientemente del lugar donde viva el prestatario.

California, Nueva York e Illinois demandaron a la OCC en 2020, argumentando que la norma permitía a los bancos extender indebidamente esa política a empresas financieras no bancarias, en un intento de eludir la regulación estatal de la financiación al consumo.

"Estamos decepcionados con el fallo de hoy, pero seguimos comprometidos a hacer todo lo posible para proteger a los prestatarios vulnerables de California de los prestamistas depredadores y de otros que intenten aprovecharse de ellos", dijo un portavoz de la oficina del fiscal general de California en un correo electrónico.

Los grupos comerciales de la banca habían argumentado que deshacer la norma amenazaría los mercados secundarios de deuda que permiten que miles de millones de dólares fluyan de los prestamistas a los prestatarios estadounidenses cada año.

El juez rechazó las alegaciones de los estados de que el regulador no había tenido en cuenta si la norma daría lugar a esquemas de "alquiler de bancos", en los que los prestamistas terceros tratan de eludir los límites de los tipos de interés haciendo que los bancos nacionales originen préstamos que luego compran.